Gerardo Pérez Escutia
Antes de hablar sobre la novela que recomendaremos el día de hoy, quiero hacer un comentario ligado a lo que hemos venido sosteniendo en esta columna desde hace tiempo: La novela negra de calidad hoy día es gran Literatura, con L mayúscula bajo cualquier parámetro. Esto viene a cuento a raíz de un artículo publicado el 19 de junio en El País, en donde Mario Vargas Llosa recomienda la novela El castillo de Barbazul de Javier Cercas, que es la novela que reseñamos hace dos semanas en este bufete negro. Lo hace en términos elogiosos, y palabras más palabras menos, llega a la misma conclusión que nosotros en esta columna, lo cual nos congratula y motiva a seguir leyendo, escribiendo y recomendando todo lo relacionado con este apasionante mundo de la novela negra.
El libro que recomendamos el día de hoy pertenece al género de novela negra histórica y se trata de 1795 (Penguin Random House, 2022). Esta novela es la culminación de la Trilogía de Estocolmo de la que ya hemos reseñado en esta columna las obras previas 1793 y 1794 del autor sueco Niklas Natt Och Dag (Nicolas Noche y Día).
Esta trilogía ha sido todo un éxito de ventas en Suecia y en varios países, los derechos para hacer una serie para Streaming ya se han vendido y al autor se le considera “el nuevo Stieg Larsson” de la literatura escandinava, y no es para menos, el autor ha logrado construir una obra muy sólida, que reúne las principales virtudes de la novela histórica (documentación exhaustiva sobre la época, recreación fidedigna de rasgos culturales y costumbres, construcción de personajes sólidos y verosímiles) y del thriller (crimen, misterio, suspenso, giros de tuerca narrativos y una gran complejidad psicológica de los personajes), logrando una obra muy interesante que pone nuevamente a la novela escandinava en la preferencia de millones de lectores.
1795 es la culminación de la historia que se comenzó a narrar en las anteriores volúmenes (1793 y 1794), y como en ellas, el título se refiere al año específico en el que se desarrolla la trama en la ciudad de Estocolmo, Suecia, en una época marcada por la creciente influencia de las ideas de la Ilustración y de la Revolución francesa, en una sociedad que pugna por salir del medievo y entrar a la modernidad.
En esta ocasión, si recomendamos que se lean las dos novelas anteriores para entender los antecedentes, el drama y la tragedia de los personajes principales, que en este volumen alcanzan su clímax .
En este título, Mikel Cardell, veterano de la guerra de Suecia contra Rusia, ahora guardia civil, que a su cuerpo mutilado en la batalla suma ahora las quemaduras que sufrió al intentar salvar a unos niños en un incendio y que deformaron grotescamente su cara. Vive ensimismado, sobreviviendo a duras penas y lo único que lo mantiene con cierta voluntad de vivir es encontrar a Anna Stina Knapp quien a su vez ha perdido todo el interés en la vida por las diversas tragedias que ha padecido, nadie sabe su paradero.
Mikel suma esfuerzos con Emil Winge (hermano del fallecido Cecil Winge) en la búsqueda del villano mayor de esta trilogía, Tycho Ceton. Emil, lucha contra su alcoholismo y -literalmente- con el fantasma de su hermano, ha descubierto que puede llegar a ser como él y que tiene las mismas dotes analíticas y deductivas para ver donde otros no ven, y así se ha labrado un prestigio como investigador que compite con el de su fallecido hermano.
Tycho Ceton ha caído de la gracia de la hermandad de los Euménides (esa cofradía de ricos y aristócratas decadentes que organizan todo tipo de bacanales, donde todo está permitido, incluyendo el sadismo extremo y las peores perversiones), al poner en peligro el secreto de la hermandad pierde sus fuentes de financiamiento, ya no es capaz de organizarles los espectáculos a los que los tenía acostumbrados, ya que fungía como proveedor de “material humano” y creador de los montajes en los que daba rienda suelta a todas las depravaciones posibles con total impunidad.
Cardell y Emil Winge, unen esfuerzos para encontrar a Anna Stina y para capturar a Tycho Ceton y hacerle pagar por sus crímenes. Sumergidos de nueva cuenta en las entrañas de un Estocolmo insalubre, corrupta y maloliente; literalmente el autor hunde en el lodo y en la mierda a sus personajes, que deambulan entre cantinas, burdeles, cárceles, una morgue alucinante y callejuelas donde acechan todos los peligros.
Tycho Ceton, sin dinero y privilegios, se esconde en cuartos inmundos plagados de pulgas, y mal vive comiendo mendrugos y comida en mal estado, rumia su desgracia y planea su venganza como redención ante la hermandad de los Euménides. Su suerte comienza a cambiar cuando conoce a un extraño personaje, Lars Svala, un predicador iluminado que arenga a la gente en la plaza pública y que lidera una secta disidente del catolicismo. En una de sus prédicas Lars Svala se empeña en incorporarlo a su grey, dándole las armas y facilidades para escapar de sus perseguidores y consumar su venganza, sin saber que es un ser inmune a la redención, que solo puede encontrar paz saciando sus “peculiares” apetitos.
A la par que la búsqueda de Winge y Cardell va estrechando el círculo contra Tycho, el autor nos lleva a las entrañas de las pugnas políticas entre los gustavianos y los republicanos, a las circunstancias que acercaron a Suecia con la Francia revolucionaria como a la efervescencia política imperante en esa época, como dando las últimas pinceladas de un fresco con una gran cantidad de personajes secundarios que apuntalan la trama dándole perspectiva histórica y psicológica.
No cabe duda que en esta trilogía además de narrarnos un thriller de época, el autor construyó una magnífica parábola del mal, los personajes pasan por todas las vicisitudes posibles y no hay redención posible. Nos muestra una sociedad de castas donde la ley y la justicia solo valen para las clases acomodadas, el ascenso social no existe y la cuna marca inexorablemente un destino de fatalidad. El final de esta obra condensa todo lo que hemos visto en los tres libros y es un verdadero “descenso al infierno”, al terminar su lectura uno busca un lugar limpio y fragante para exorcizar los demonios que el autor soltó en su trilogía.
Con todo lo oscura que es esta obra, la calidad de su factura la hace una lectura adictiva y trepidante, se las recomiendo ampliamente, sobre todo si tienen un estómago fuerte.
Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.
