Ray Bradbury Prólogo En una tarde calurosa de principios de septiembre me encontré por primera vez con el hombre ilustrado. Yo caminaba por una carretera asfaltada, recorriendo la última etapa de una excursión de quince dÃas por el Estado de Wisconsin. Al atardecer me detuve, comà un poco de carne de cerdo, unas habas y un bizcocho. Me preparaba a descansar y leer cuando el hombre ilustrado apareció sobre la colina. Su figura se recortó brevemente contra el cielo. Yo no sabÃa entonces que era ilustrado; sólo vi que era…