Materia oscura: Dos hilitos de sangre

Rodolfo Fogwill Me sucedió dos veces en Buenos Aires, pero la segunda vez me impresionó más, porque al carácter anómalo —“inusitado”— de la escena, venía a sumarse la desagradable sensación de estar viviendo algo por segunda vez. Y a nadie le gusta sentir más de una vez en la vida que está viviendo por segunda vez algo que se repite. ¿No es cierto? Tal vez lo sea. Yo, en ambas oportunidades, vi correr por la nuca del chofer un hilito de sangre. Fueron jueves, distintos jueves del mismo año y…