Angélica Gorodischer Las cosas sucedieron más o menos asÃ. Ese tipo venÃa caminando por la vereda del barrio. Era sábado temprano a la tarde y el sol le daba en la espalda. Se paró frente a la verja pintada de verde. Ay, no, pensó, ay, no, por favor no otra vez no, ¿cuántos años tendrá? siete, ocho cuanto más, ay, no, no quiero. La reja cerraba un jardÃn pequeño con algo de césped no muy bien cuidado, una planta de azalea, un jazmÃn del cabo y casi nada más, si…