Materia oscura: La oportunidad de su vida

Larry Eisenberg Me encontraba sentado en un estrecho cubículo que me servía de despacho en el laboratorio, con mis rodillas apretadas bajo el escritorio. La oficina de mi padre era amplia y tenía una gruesa moqueta que iba de pared a pared; estaba cubierta, desde el suelo hasta el techo, por estantes llenos de libros. Pero claro, mi padre era un premio Nobel. Apreté los dientes. Hacía veinte años yo había sido un promisorio posgraduado. Me había unido al laboratorio de mi padre como investigador asociado con grandes esperanzas de…