Materia oscura: Los Mnemagogos

Primo Levi El  doctor  Morandi  (todavía  no  se  había  acostumbrado  a  que  le  llamaran  doctor) acababa de bajar del coche de línea con la intención de conservar el incógnito por lo menos durante dos días, pero enseguida se dio cuenta de que no lo iba a lograr. La dueña del café Alpino, sin duda por falta de curiosidad o de agudeza, le había dispensado  una  acogida  neutra.  Pero  a  través  de  la  sonrisa  atenta,  maternal  y  al mismo  tiempo  levemente  burlona  de  la  estanquera  había  notado  que  ya  era,  sin…