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Livier Fernández Topete Vivimos aprisionados en los límites de nuestro entendimiento, en el tejido neuronal que percibe, piensa y siente. Somos capaces de ejercitar esa abstracción llamada mente, de expandirla o de estrecharla según las diversas formas que tenemos para nutrirla o para matarla de hambre. Pero aunque cuando actuemos seamos regidos por la mente, hay ciertas acciones que parecen sacarnos de la caja cerebral para entonces, y solo entonces, vivir en el presente, los niños y los animales son los grandes maestros de tal proeza. En un polo quedan…