25 Instantáneas de Armando Salgado o A dónde vas que más valgas

Héctor Alvarado Díaz

1. ¿En qué momento supiste que lo tuyo era la poesía?

Armando1. Supe que me late la poesía desde que identifiqué que soy muchos. Entonces todo se puso cabrón porque viajo por el tiempo a través de esos múltiples yoes, me desdoblo en el presente, y por supuesto, me malviajo con el futuro. En este instante habla mi yo ansioso-poeta, el que no sabe dar una respuesta clara y que es avorazado.

A2. Yo creo que no nací para la poesía, que no se me da, no termino de agarrarle la onda. Platico con quienes escriben y me siento distante del medio, sabes, muchos quieren aparentar. El único lugar seguro es dentro de uno mismo.

A4. En la prepa, El Nelson ganó un premio con un poema. Ambos éramos mejores amigos. Se acercó y me dijo: wey, si hubieras participado tú, me hubieras chingado. Ahí.

A5. Esto es un desmadre. No terminas de saber realmente cómo inician las cosas.

2. ¿Viajas mucho?

A1. Sí, me malviajo mucho. Mi cabeza a veces es un calentador solar descompuesto, tirando agua, con la presión al límite. Agrega las venas casi tapadas por tanto colesterol y los triglicéridos que no cesan. Voy a Uruapan cada vez menos, es una especie de negación de paraíso. Pátzcuaro es el punto neutro para controlar mi ansiedad.

A2. Estoy cansado de la vida moderna: trabajar para tener dinero, tener dinero para viajar, estar ahí y saber que no hay dinero que sea suficiente y no disfrutas el viaje, regresas cansado, y al llegar quieres tener dinero para volver a viajar. Es como cuando usas camiones viejos para trasladarte todos los días a un sitio. Insisto, el único lugar seguro es dentro de uno mismo.

A3. ¿Has sentido que en cualquier momento el autobús se puede descarrilar?

A4. En la Normal anduve de raite por varios estados. Una vez hice 36 horas a Aguascalientes, desde Tiripetío. Dormimos en una gasolinería con Abraham Huaroco. De regreso de la Normal de Tamazulapan hicimos 24 horas.

A5. No conozco las playas michoacanas como se debe.

3. ¿Te falta o te sobra tiempo?

A1. Tengo sobrepeso. (Se aleja el entrevistado. Elige evitar el tema: no enciende ningún cigarro porque no fuma. Siente que el tiempo pasa muy pronto y eso lo jode. Alguna vez leyó que Rilke solo pensaba en las cosas que aún no pasaban. Así se jode el presente. Eso es ansiedad).

A2. Me sobra tiempo cuando hablan de cuestiones sindicales. Me falta tiempo cuando quiero leer todo lo que se me antoja.

4. ¿Cuándo pones punto final a un libro?

A1. Suelo desechar muchas cosas que escribo. Ese es el verdadero punto y seguido, saber qué va y qué se queda en el cesto. Lo de saber cuándo quedó la sopa ya, depende de mi estado de ánimo y de cuál de mis múltiples yoes lo haya escrito. Suelo discutir mucho conmigo y tardo en deliberar. Cuando nos metemos en líos gruesos mejor desechamos el texto y lo que sigue.

5. ¿Cómo te han cambiado los premios?

A4. En la Normal cada año había concursos durante el aniversario de la escuela. Me metía a todos y mi meta era pegarle a varios para tener buena plata para algunos días. Por ejemplo, en el concurso de declamación inventábamos los poemas, y sacábamos los primeros lugares con Abraham Huaroco. Lo mismo en oratoria. Había un concurso de Conecta 4. Otro de ajedrez, ahí no la hice. Los de literatura, en cuento ganó alguien que se aventó una leyenda que todos conocemos ya y lo premiaron, el jurado, ya los imaginarás, maestros que no saben que existe Charles Simic. El de novela lo declararon desierto. El jurado se acercó y me dijo: fuiste el único que metió en novela. Crees que intentaba escribir novelas a los 17 años. Desde entonces supe que lo que realmente quiero es escribir novelas.

A2. Los premios son dinero que te permite seguir escribiendo. Es como los viajes, sabes, cuando estás ahí, realmente no estás ahí, piensas en lo que te está carcomiendo por dentro, y afuera te saludan, y creen que los premios son importantes y que es algo muy credenciable. Insisto, el único lugar seguro es dentro de la escritura.

6. ¿A qué hora escribes?

A3. ¿Has sentido que en cualquier momento el autobús se puede descarrilar, y entre esa sensación mejor te hundes en el teléfono para escribir algo? Así también leo.

7 ¿Eres muy amiguero?

A4. En la Normal fui amado y odiado.

A5. Los amigos se cuentan con los dedos (qué trillado). Corrección: Los dedos cuentan los amigos que no caben en una sola palma (trillado). Organiza un evento literario, ahí te das cuenta quién es tu amigo y quién no (dolido). La amistad va y viene como nosotros con nosotros mismos (bien).

A1. Una vez hice una fiesta por mi cumpleaños en Arrayán 25. Alfredo Carrera llevó una Charanda de litro y la destapé en calor. La dinámica consistió en que cada quien se daba un shot de la botella y la pasaba, sí, como la canción. Alcanzó a dar la vuelta entera, y después de eso se desató todo. Eran las 7 de la mañana y nos contamos los sobrevivientes, éramos nueve. Qué tiempos. Era joven, no tenía ácido úrico alto, colesterol malo y mis triglíceridos aún no subían el costo de la renta de mi departamento.

8. ¿Cómo te hiciste maestro?

A5. En realidad no supe. Cuando desperté ya estaba en Churumuco comiendo mojarras, ceviche y agarrándome bien porque me estaba ahogando en el río Balsas.

9. ¿Batallas para darle título a tus trabajos?

A4. Mi esposa dice que al inicio elijo malos títulos. Que después de rato les meto más sesos. Creo que no domino el balón como quisiera.

A2. Soy muy lírico. En estos tiempos eso apesta. El canon apesta. Cansan los títulos como Relámpago molido. Cofre de pájaro muerto. Hontanar.

A3. ¿No sientes que vas en una carretera en Chile y que te hundes porque hay mejores poetas, como que llevan varios pasos de ventaja?

A5. Los poetas chilenos son una isla. No ven más allá de ellos.

10. ¿Te involucras en la vida cultural?  

A1. Acaban de venir a México dos amigos chilenos: Octavio Gallardo y Emersson Pérez. Comieron carnitas, enfrijoladas, se enchilaron, probaron las bolas de Pedernales, el mezcal de Zihuaquio, presentamos sus libros en El Traspatio, estuvimos leyendo con poetas morelianos y tacambarenses en Casa Paracho frente a la pila del gallo. Fueron a una sala de lectura en Villas del Pedregal por parte de GaLEEría, se enfermaron, se desvelaron, casi se suben a un guajolotero, durmieron poco, y sípo, lo volveríamos a hacer.

11. ¿Sientes que es un don natural?

A3. Una vez me jalaron las patas. Supe que los espantos existen. No es broma, Uruapan es un Comala vivo.

A4. Hay quienes saben pedir raite, eso sí que es un don natural. Tuve amigos que hacían 14 horas hasta la Normal de Saucillo, en Chihuahua.

A5. La escritura es talacha. Los dones no existen. La inspiración es un micromachismo.

12. ¿De qué se nutre tu poesía?

A2. Sabes, no creo en los géneros. La vida es un caos, todo está convulsionando. Cada persona que escribe acomoda las cosas como puede. Hay quienes son hábiles con el lenguaje y usan algunas cajas para darle forma a sus desmadres interiores. Digo, la vida está desordenada, las cosas pasan inesperadamente, ¿porque nos afanamos por acomodar todo?

A3. Se nutre de mis miedos.

A5. No me considero poeta. Escribo así no más. Me gusta.

13. ¿Sin amor se acaba todo?

A5.Según Zurita, si la poesía desapareciera, en 5 minutos el mundo dejaría de ser lo que es.

A2. El amor es una cosa de las personas, si se acaba es porque ya no estaremos en este planeta. Le haríamos un gran favor a tantas especies, a tantos sitios que hemos jodido. Eso sería un verdadero acto amoroso.

A4. En la Normal, la vida no vale nada.

14. ¿Te gustan los aeropuertos?

A2. El aeropuerto de Morelia está lejísimos. Uruapan geográficamente tiene un aeropuerto exactamente al centro de sí. Me gustan.

15. ¿La poesía joven goza de cabal salud?

A1. Ser joven y no ser hiperrevolucionarioconsumidordesoberbia es una contradicción darwiniana y hasta metaliteraria. Siempre gozará de buena salud, y por lo mismo, diría Ramón Lara, se nos recomienda un fracaso esporádico para recordar la capacidad regenerativa del suelo.

16. ¿Hay buena crítica en México?

A5. Hay poca crítica. Nos leemos los pocos y nos damos palmaditas. Otros hablan desde el odio, la soberbia (de nuevo), el hartazgo (los viejos), y otros tratan de ser irónicos para ocutar su Síndrome de Diógenes.

17. ¿Cómo te tratan los editores?

A4. En la Normal existía la revista Reactor. Hubo una edición especial a color que contó con 5 números. En cada uno publiqué un poema. Una vez, el maestro que más admiraba, me dijo que por qué no dejaba de escribir poesía y mejor hacía ensayo. No supe interpretar su comentario. He sido terco, eso me gusta, ser terco. Con los editores me gusta flexibilizar mis textos y transformarlos cuando se puede: el proceso de edición es un salto al vacío. Nombres: Luis Armenta Malpica, Carmina Estrada, Miguel Uribe Clarín, mis respetos hacia ellos.

18. ¿Batallaste para darte a conocer?

A1. Antojitos Doña Tere. Vendemos tamales de acelgas y de frijol el primer sábado de cada mes. Llevamos dos meses y ahí vamos. Nos encuentran en Mercato (comida consciente), en el Colegio Superior de Gastronomía Leonardo Da Vinci, calle Gertrudis Bocanegra #576, junto al Bosque por el Acueducto, en Morelia.

A3. ¿Has sentido que al subirte al autobús nadie te conoce?

19. ¿Uruapan es una tierra de escritores?

A4. Michoacán está levantando la mano para que le sirvan un buen mezcal.

20. Tus 5 grandes poetas son:

A3. ¿No te pasa que cuando te preguntan qué autores lees, se te olvidan?

A2. Últimamente no me satisface nada.

A1. En ocasiones cargo con lecturas y responsabilidades que no me tocan.

A4. La bibliotecaria de la Normal me obsequió un libro de Rubén Darío que conservo, tiene el sello de la escuela.

21. Si no hubieras sido poeta, serías…

A2. …

22. ¿Qué te desalienta?

A2. Tantas decisiones de mierda como si a ellos no les importara el futuro. Que nos hagan creer que el cambio depende de nosotros. La corrupción ya no cabe en las alcantarillas, moja todo lo que nos sostiene. ¿Así ha sido México todo el tiempo?

A5. No ser un escritor de novelas famoso.

23. ¿Eres el alma de las fiestas?

A3. Pareciera que soy muy amiguero. Aunque el lugar más seguro…

24. ¿Qué opinas de las entrevistas?

A3. Son como ese autobús, un poco depresivas, donde todo se puede desbordar de momento. Casi llegamos.

25. ¿Escribes narrativa?

A3. Por fin llegamos.

A4. En la Normal continué escribiendo una novela que inicié en 1999.

A5. Me retiré de la narrativa hace años.

Armando Salgado (Uruapan, Michoacán, 1985)

Profesor normalista. Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2017. Coordina un ciclo de entrevistas a poetas para el suplemento cultural La Gualdra, de La Jornada Zacatecas.

Héctor Alvarado Díaz

Es originario de Monterrey. Cursó la carrera de Letras en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ha publicado 11 libros (6 novelas, 4 libros de cuentos y uno de entrevistas a escritores de Nuevo León). Por su trabajo literario ha recibido premios nacionales e internacionales. Fue Director de la Editorial de la Universidad Michoacana de 2013 a 2017. Su más reciente novela publicada: Supercolonia (UANL-Textofilia, 2019).

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