25 Instantáneas de Caliche Caroma o No tengo tiempo de cambiar mi vida

Héctor Alvarado Díaz

1. ¿Cuándo comenzó la comezón?

Tuve una maestra muy buena en la primaria, se llama Xóchitl, aunque yo ya leía desde el preescolar porque era mi forma de escapar a las broncas de la casa. Escribí más en forma en la secundaria, principalmente en los baños.

2. ¿Pones a competir a la literatura y al periodismo?

Que el periodismo sea literatura. Más que competencia es el monstruo de dos espaldas.

3. ¿Por qué Morelia?

Chale, me pregunto todos los días lo mismo.

4. ¿Cómo te mantienes a flote?

Interesante pregunta, vivo al lado de un canal de aguas negras, se inunda seguido acá por la casa, también en mi vida todo se está desbordando continuamente. El cómo y el para qué andan flotando entre las cacas de mi río negro.

5. ¿Hasta dónde aguantas?

Peso ochenta y tantos kilos, aguanto un poco más de la mitad. También me han roto la cabeza más de una vez por no aguantarme. Ahora más tranquilo que antes.

6. ¿Siempre estás escribiendo?

Sí, no manches, escribo a mano, en la computadora o tomo notas mentales, como dice el clásico, ni un día sin una chora, ¿o cómo era?

7. ¿Qué opinas del cochino dinero?

A un ufólogo le escuché decir que el dinero compra la felicidad, tengo dudas sobre esta aseveración. ¿Conoces a alguien que preste sin intereses?

8. ¿Cómo sería ser mujer?

Ya me hubiera tumbado la matriz.

9. Cinco columnas de tu templo musical.

Pedrito Martínez, Satie, Baba Zula, Cabezas de Cera (la formación con los hermanos Sotelo y Ramsés Luna) y Don Juan Reynoso.

10. ¿Qué película hubieras querido dirigir?

Bajo California de Carlos Bolado (también Visitor Q, de Takashi Miike).

11. ¿Te odias por ser bonito?

De tan feo, soy bonito. La autoestima se la come. Nací deforme, dientón, con dactilomegalia, pie plano. Me gusto mucho, me masturbo seguido.

12. ¿Qué te desalienta?

Las noticias de las dos de la tarde, mi enamoramiento patológico y los partidos políticos.  

13. ¿En el aire las descompones?

Se trata de continuar la conversación con los que estuvieron, los que están y los que vienen. Puro guiño de ojo.

14. ¡Viva Prados Verdes, cabrones!

Maldita colonia, ¡cómo la odio!

15. ¿No hay creación sin sufrimiento?

Antes me azotaba más que ahora; sí hay creación más allá del llanto y los mocos.

16. ¿Entre más oscuro más rico?

Lo negro es mi debilidad. Espero no ser tachado de racista.

17. ¿Podrías vivir sin amor?

Véase la respuesta de la pregunta 12.

18. ¿Te jodió la inundación?

En parte, porque también trajo cosas buenas. Sí me late eso de buscar el lado xhido de las cosas malas.

19. ¿Hay policías buena onda?

Tengo un compa que se hizo policía, no la armó de abogado y ahora le toca el sector que incluye a Prados Verdes, me compra libros, bueno, me debe $200 pesos, ojalá vea esto.

20. ¿Quieres mandar saludos?

A mis muertos, cada vez son más.

21. ¿Te han traicionado?

Poco, el truco está en no confiar en los demás.

22. ¿Siempre llevas un as bajo la manga?

Más bien llevo el joto de espadas.

23. ¿Fotogénico o Mejor ahí la dejamos?

Tengo buen perfil, pero de frente parezco Condorito.

24. ¿De dónde surgen los títulos de tus libros?

Tengo una caja debajo de mi cama, está llena de papelitos con palabras raras, la agito y así se arma la machaca.

25. Nuevo viejo proyecto.

Publicar mis textos periodísticos, bajar de peso, leer menos, regresar a Cuba, no morirme (aún).


Caliche Caroma nació en 1983, un miércoles de dos por uno en el barrio Prados Mueres, el más humilde de Morguelia, Michoangastán, Méjico. Nicolaita pródigo, no se ha titulado de la licenciatura en filosofía, pero escribió la letra ganadora del himno conmemorativo por el centenario de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en 2017, en colaboración con el compositor Eduardo Solís Marín. Ha publicado tres libros, el más reciente con la editorial Diablura, Morguelia (2018). Lo han incluido en pocas antologías, aún es joven. Colabora con el-artefacto, tiene una librería de usado y raro llamada La inundación y dos amigos fantásticos: Vainilla y Pirata. Su corazón, además de grasa, está lleno de amor y agradecimiento por Raquel Almaguer, chiquitita. Le gustan las «puercusiones», J. G. Ballard, Reinaldo Arenas, Fray Servando Teresa de Mier, Rabelais e Inés Arredondo. La controversia es lo suyo. Próximamente en cines.

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