25 Instantáneas de Magdiel Torres o La mula no era arisca

Héctor Alvarado Díaz

1. ¿Es más fácil o más difícil para los jóvenes?

Si la pregunta se refiere a si es más fácil para los jóvenes sobresalir en el terreno de la literatura, creo que hoy es más difícil. La industria editorial toma cada vez menos riesgos y los títulos de autores jóvenes se etiquetan  como tal, es decir: premios y colecciones de poesía joven, de narrativa joven, de dramaturgia joven, etcétera; que si bien pretenden ser una forma de garantizar una competencia más equitativa (al evitar que los jóvenes compitan con autores mayores y, probablemente, de mayor renombre) no puede eludir ser un mensaje de advertencia y de exclusión. Esos jóvenes muchas veces son vendidos como ‘jóvenes promesas’, lo que los coloca como proto-escritores, una especie de escritores larvarios, sujetos que todavía no son escritores pero que están llamados a serlo en un futuro.

2. ¿Si pudieras ser otro, serías…?

No lo sé… tengo tal suerte que seguramente volvería a ser el mismo.

3. ¿Qué te hizo elegir la literatura?

Yo sé que es cliché, pero que se le va a hacer… creo que no elegí seguir por el camino de la literatura, sino que una serie de circunstancia socio-psico-culturales me orilló a ello, como seguramente le suceda a quien escoge otras áreas del conocimiento o de las artes. Lo que sí puedo decir es opté por estudiar Letras no para convertirme en escritor, si en un profesional que me permitiera trabajar en medios de comunicación, en la docencia, en la investigación o en áreas afines. Para mí la escritura creativa siempre es una actividad que se fragua aparte (aunque, por supuesto, no puede desligarse de los trabajos que nos construyen como sujetos) y aunque me ha dado ciertas entradas económicas, el grueso de mi sustento ha llegado por otros medios.

4. ¿Estás por publicar un nuevo libro?

Sí: Una tumba para el Santa Elizabeth, por parte del Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC).

5. ¿Cuáles son tus temas preferidos?

La otredad, el tiempo, el sexo y la mujer como secreto impenetrable.

6. ¿Has escrito a cuatro manos?

Sí, en una ocasión, con una amiga. Se trató sólo de un divertimento.

7. ¿Qué opinas de las revistas y las antologías?

Sirven para ubicar a ciertos autores y generaciones, pero también se trata de la lectura de alguien más sobre un autor o sobre un periodo. Hay que leerlas desde las ausencias que ya anuncian.

8. ¿Te has enfrentado a la burocracia?

Claro, no conozco a nadie que no lo haya hecho.

9. Cinco narradores/as de tu ronco pecho.

Felisbeto Hernández, Mario Levrero, Juan Rulfo, Macedonio Fernández, Miguel de Cervantes.

10. ¿Te miras mucho al espejo?

Sí.

11 ¿La Tierra Caliente se refleja en tu trabajo literario?

No creo que tanto y con la calidad que yo quisiera. No hice vida en Tierra Caliente, nací allá y me fui de muy chico. Volvía hasta dos veces por año y pasaba largas temporadas durante la infancia, así que eso hizo que el lugar para mí adquiriera tintes míticos o mitificados. Creo que en mayor o en menor medida ese lugar siempre estará en lo que escribo.

12. ¿Formas parte de algún grupo o taller?

Soy miembro de la Sociedad de Escritores Michoacanos.

13. ¿Escribes hasta que no puedes más?

No soy de jornadas exhaustivas de trabajo. Soy de la idea que lo que se escribe ya está ahí, que lo único que hace uno es descubrirlo o develarlo, así que no hay necesidad de apresurarse para atraparlo. Sólo en algunos trabajos que preciso entregar en determinado periodo de tiempo puedo considerar que me obligo a escribir con ahínco, pero incluso en estos casos procuro organizarme para no terminar escribiendo apresuradamente un producto que debo entregar en seguida.

14. ¿Qué te motiva?

Pronto voy  a ser papá, tengo la impresión que todo lo que he hecho se ha encaminado hacia este momento.

15. ¿Qué opinas de Hidalgo, Morelos y Ocampo?

Soy un admirador de Morelos. Me parece que sus sentimientos de la nación, que fueron la base ideológica de la Constitución de Apatzingán, le dieron a la guerra de independencia su razón de ser. En esto del panteón patrio no creo que haya un  héroe mejor que otro, sin embargo siempre podemos simpatizar, más que son sus logros, con la imagen que hemos, como sociedad, formulado de ellos. En el caso de Morelos, su paliacate a la cabeza, su espada al cinto y su pose de poeta bucólico me fascina más que la del padre bonachón de Hidalgo o la del científico decimonónico de Ocampo.

16. ¿Escribes a mano?

Sí, sobre todo poesía, pero siempre termino por transcribir en el computador lo que está escrito a mano.

17. ¿Por dónde empiezas?

Por la imagen. Alguna imagen que me llame la atención trato de seguirla.

18. ¿De qué te mantienes?

Durante mucho tiempo trabajé como periodista cultural y aún hago ciertos trabajos al respecto, pero sobre todo de la academia, dando clases.

19. ¿Te afectan las críticas?

Sí, desgraciadamente, las buenas y las malas y hasta las que no me hacen; pero supongo que las buenas son las más letales, al menos eso dicen.

20. ¿Qué pero le pones a Michoacán?

Que no esté justo ahora ahí… Me gusta mucho Michoacán, pero por ciertas razones no vivo ahí.

21. ¿Tuviste buenos maestros?

Siempre, incluso los malos.

22. ¿Has sufrido tapones creativos?

No escribo todo lo que yo quisiera. En su momento pensé que era porque otras cosas me distraían o me quitaban el tiempo, las responsabilidades del trabajo, por ejemplo. Ahora sé que no se trata de eso, sino que uno nunca escribe todo lo que uno quisiera porque en el ejercicio de la literatura la escritura es tan solo un elemento más del proceso creativo y, muchas veces, no es siquiera el más importante. He pasado periodos sin escribir, pero el proyecto está ahí en alguna parte intangible, supongo que cocinándose o perdiéndose para siempre, al menos para mí.

23. ¿Eres paciente?

No tanto como quisiera.

24. ¿Cómo construyes a tus personajes?

Por imagen. Me los imagino en determinado escenario y de ahí trato de irlos descubriendo.

25. ¿Sabes andar a caballo?

Sólo a caballo entre un género y otro y no muy bien, a veces me caigo.

Magdiel Torres Magaña (Tepalcatepec, Michoacán, 1982).

Ha publicado los libros Los días con el otro (Secum, 2011), ¿Tiene usted la Biblia en casa? (Secum, 2015) y Una tumba para el Santa Elizabeth (Ivec, 2019). Ha sido ganador del Premio Estatal de Poesía en Carlos Eduardo Turón y del Premio Estatal de Narrativa Xavier Vargas Pardo.

Su obra se ha publicado en las antologías Turbulencias dosmilonce (Ficticia, 2012), El viaje y sus rituales (Secum, 2016), Territorio ficción. Antología de cuento joven (SEP, 2017)  y San Diego Poetry Annual 2017-18 (San Diego Entertaiment+Arts, 2018) y en diversos medios en el país y en el extranjero.

Es Licenciado en Letras Hispánicas, Maestro en Historia de México por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y actualmente realiza un doctorado en Literatura Hispanoamericana. Se ha desempeñado como docente y periodista cultural.

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