Abril rojo

Horacio Cano Camacho

Yo tenia pensado reseñar esta semana el libro más reciente de Santiago Roncagliolo Y líbranos del mal, pero no me ha llegado, lo encargué y me dicen por correo que saldrá hasta el día 14. Así, que para quienes no conocen a este autor peruano, comenzaré por presentárselos, con la novela que lo dio a conocer, “Abril rojo” con la que se hizo acreedor al prestigiado Premio Alfaguara en 2006, convirtiendo al mismo tiempo, en el escritor más joven en recibir dicho reconocimiento.

Roncagliolo se inscribe en un movimiento de “ruptura” con el realismo mágico y se permite hablar de una sociedad urbana que sufre el impacto de la tecnología, la globalización económica y la fuerte desigualdad que le acompaña. Este movimiento fue conocido como McOndo, con una clara referencia al “pasado” del que deseaban separarse, sin desconocer que ellos abrevaron de esta tendencia y reconociendo toda su trascendencia, pero renunciando a imitarla.

Para cuando el éxito literario, Roncagliolo llevaba ya tres libros publicados, Pudor, El principie de los caimanes y Crecer es un oficio triste, pero sin duda Abril Rojo (2006, Alfaguara) le dio el impulso fuera de Perú. Este libro es un thriller con elementos de terror y reflexión política, ambientado en la guerra entre el grupo guerrillero Sendero Luminoso y el ejercito y gobierno de Alberto Fujimori.

Santiago Roncagliolo

La historia está ambientada en Ayacucho, la provincia más marcada por la violencia y la huella de las acciones del grupo Sendero Luminoso. Pero quien supuestamente defiende a la población del grupo hiperviolento, no son mejores. Por el contrario, la violencia de Sendero la combaten con una enorme violencia a todo tipo de disidencia, atrapando a la población entre dos fuegos: como en la película de Alien vs Terminator, gane quien gane, el pueblo pierde.

En ese contexto, llega a Ayacucho durante las celebraciones de Semana Santa -las más grandes y fastuosas después de la de Sevilla, en España- el Fiscal Adjunto, Félix Chacaltana Saldívar, para investigar una serie de asesinatos muy violentos dificiles de atribuir a alguien en el río revuelto del enfrentamiento. Chacaltana sospecha de Sendero Luminoso, esto lo enfrenta con el alto mando que simplemente niega que la violencia exista, que exista un grupo sublebado. Por su parte, los insurrectos hacen ver a todos que realmente existen, y lo hacen a través de la violencia.

Abril Rojo es en descenso al “rincón de los muertos”, con una violencia demencial en la que todos afirman les asiste la razón y lo que hacen lo hacen por un fin supremo. Esta situación lleva a Félix Chacaltana a confrontarse con su propia historia. El fiscal adjunto es un tipo meticuloso, un funcionario “ejemplar” que cumple con su deber, como marca el reglamento, pero tiene una manía, habla con su propia madre muerta…

La novela es un thriller muy pulido que nos va confrontando a las violencias, porque en Ayacucho todos la siembran indiscriminadamente: la violencia de Sendero que considera que todo es por el bien de la propia gente, que termina siendo la víctima “necesaria” para llegar al esperado y luminoso renacimiento. Un discurso mesiánico que justifica cualquier exceso; la violencia del Estado, ciega e indiscriminada, producto del intento de conservar los privilegios de una minoria corrupta, para la cual, el sufrimiento del pueblo es un “daño colateral” y por ultimo, la violencia de un psicópata que parece queren empujar a una guerra interminable mientras se solaza en ella. Contra esto se enfrenta Félix Chacaltana Saldívar en su viaje a los infiernos.

El terror y la muerte masiva son la moneda corriente para el pueblo, donde Sendero encuentra el clima idóneo que justifica el traspasar cualquier límite. Pueden leer La cuarta espada (2007, Debate), del mismo Roncagliolo. Un ensayo, más que biografía,  sobre Abimael Guzmán, “El Presidente Gonzalo”, líder y fundador de Sendero Luminoso. La psicología del terrorismo explicada por su propio diseñador. También recomiendo mucho Los ejércitos, novela de Evelio Rosero (2007, TusQuets), aparecida un año después que Abril Rojo que también toca este punto de una sociedad, en este caso en Colombia, en medio de los conflictos de otros y que nos lleva a reflexionar mucho y no quedarnos en las puras consignas, en las que podemos estar de acuerdo, sino en el fondo real detrás de muchas historias de Latinoamérica y en realidad de todo el mundo.

Por supuesto, me refiero a las historias de novela…

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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