Caliche Caroma
El Santo Niño Grabador es una creación del barbudo Juan Eduardo Salinas Mora, artista michoacano que le pide a esta infantil deidad lo siguiente: “Y que también el Santo Niño me los cuide mucho a todo el gremio de artistas grabadores”. La sacrosanta obra se encuentra en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, alias MACAZ, recinto situado en la avenida Acueducto #18, en el mismo espacio del Bosque Cuauhtémoc, el Hospital Infantil y el DIF estatal, lugares míticos de la rosada Morelia.
Según cuenta el boletín de prensa que otros medios no revuelcan, el Santo Niño Grabador acompaña, no sabemos cómo, una exposición que lleva por nombre Divergencia / Convergencia, en donde más de 60 artistas se reúnen a través de sus colectivos para hacerle el caldo gordo a la Secretaría de Cultura (Secum). Esta exposición fue inaugurada el 16 de julio y corre el chisme de que las autoridades del gobierno estatal llegaron una hora tarde al acto oficial, lo que provocó la molestia de algunos participantes.
Salinas Mora le dio vida al metafísico infante de la estampa en el taller Axuni Gráfico, ha crecido desde su alumbramiento, cosa rarísima para objetos inanimados; poco a poco ha ido demostrando sus superpoderes, con lo que se ganó el respeto y la deferencia de los grabadores más ateos. El Santo Niño Grabador le dio talento a quien no lo tenía, gestionó becas y apoyos gubernamentales a diestra y siniestra, ocultó los pecados de los funcionarios culturales y les devolvió la vista a los ciegos de espíritu crítico.
Otros países no sólo piden, exigen que el Santo Niño Grabador visite sus tierras y, con su toque divino, ayude a los artistas de otras latitudes a obtener la fama que se les niega. Brasil, Francia, Turquía y Uruapan se pelean entre ellos para ser el primero que reciba al pequeño gran santo. Juan Eduardo Salinas Mora no sólo le puso un mandil, un torculito, y su trapito a un Niño Jesús, lo que hizo este hombre fue fundar una iglesia en donde se le rinde culto al Santo Niño Grabador.
En el altar del MACAZ se pueden observar los exvotos que los devotos dejaron clavados en las telas finas que adornan y acompañan al Santo Niño Grabador, algunas de las leyendas de esos exvotos son: “Ayúdame a no ser de la Locura 81”, “Gracias a Dios por ser tan guapo y vender arte barato”, “Gracias Santo Niño Grabador, por dejarme llegar a casa después de tantas pedas…”, entre otros agradecidos mensajes. Tanto la exposición como el chamaco celestial con tinta en sus manitas se pueden visitar en los horarios que el STASPE considere apropiados, para mayores informes rezar un Padre Nuestro y dos Aves Marías.
