Arena negra

Horacio Cano Camacho

Pino Cacucci, escritor italiano de novela negra, comenta en un ensayo sobre las tendencias contemporáneas de la literatura italiana la decisión de abandonar las historias minimalistas, muy introspectivas a favor de “dedicarse a explotar la realidad circundante para escribir novelas de tramas complejas y cargadas de compromiso social”. En particular, el genere giallo  o novela negra, ha echando mano de la trama noir para contar los abusos del poder, injusticias, devastaciones ambientales y marginación, o para describir la degradación de las ciudades y el creciente racismo en contra de los inmigrantes.

Abundan los ejemplos de autores del género y en este bufete hemos presentado a varios(as). Destacan las tramas sicilianas, representadas por el ya mítico Leonardo Sciascia, Santo Piazzese o por Andrea Camilleri. En este contexto les quiero presentar a una heredera muy digna: Cristina Cassar Scalia, una oftalmóloga con una doble vida, la de personal sanitario de día y una potente escritora de novela negra de noche.

Creó un personaje muy bueno, la Subinspectora de la Policía Judicial de Catania, Giovanna Garrasi, mejor conocida como Vanina Garrasi. La serie de la subcomisaria cuenta ya con cinco libros, el primero de los cuales fue presentado hace unos días en español y es el que presentaremos hoy. Se trata de Arena negra (Duomo, 2022). Luego de una muy buena carrera como responsable de la unidad contra el crimen organizado en Palermo, en la que se labró un gran prestigio, Vanina sale huyendo, asqueada de tanta porquería en la que deben entrar para frenar a la mafia y se refugia en Catania, a los pies del monte Etna donde se hace cargo de la Unidad de Crímenes contra las Personas, algo más “tranquilo”.

Vanina Garrasi

La historia comienza con el descubrimiento casual de una momia de mujer, escondida en un montacargas abandonado y a todas luces encerrada en vida a propósito, en la vieja mansión abandonada del Cavaliere Burrano, un terrateniente muerto cincuenta años atrás en un crimen no aclarado satisfactoriamente. Vanina Garrasi con una tenacidad sorprendente, emprende la investigación de un caso extraño y desentierra sin querer, una historia de celos, intereses económicos y mafia. El caso saca a la luz un pasado sórdido en la historia de Catania en donde resulta que nada es lo que parece, o lo que algunos tratan de que parezca…

Toda la historia transcurre en un mundo cubierto por ceniza volcánica del Etna, en una de sus frecuentes erupciones, de allí el titulo del libro y que encaja en la presencia poderosa de la montaña en sus habitantes. La subcomisaria Vanina Garrasi se enfrenta al caso con la misma dedicación y compromiso que en un crimen que hubiera ocurrido unas horas antes. Descubrir qué esconde el cadáver de la mujer aparecido en una villa de los Burrano abandonada desde 1959, identificar el cadáver y determinar la causa de la muerte es como atravesar el túnel del tiempo. El mismo propietario de la villa fue victima de un crimen. ¿Estarán relacionadas ambas muertes?

En el desarrollo de la historia van apareciendo personajes fascinantes como el comisario Biagio Patanè, quien encabezó la investigación original del asesinato de caballero Burrano y desde ese momento duda de la resolución oficial. Sospecha que algo o alguien torció la investigación para encontrar un culpable a mano. Patanè se convertirá en un aliado que constituye la memoria histórica de Vanina.

Otros personajes centrales son Carmelo Spanò, inspector y mano derecha de Vanina quien dice dedicarse en cuerpo entero a la investigación para no pensar en su vida quebrada; Adriano Calì, forense, gay, amigo de Vanina  y único que acompaña su pasión por el cine clásico italiano, y la inspectora María Bonazzoli, mujer joven y muy hermosa, también refugiada en Catania, con un hipotético secreto que enciende la curiosidad de Vanina, que la considera su amiga…

La subcomisaria encontrará una sorprendente historia de avaricia y rencor que todos creían enterrada, pero que se arrastrará hasta el presente dejando tras de sí un rastro de sangre, de clasismo, de abuso de poder. Todo aderezado por la omnipresente ceniza que todo lo cubre.

Formando parte del “estilo italiano”, representado fundamentalmente por Andrea Camilleri, la novela es un encuentro con la comida y el humor, pero ahora desde la perspectiva femenina. Es también un homenaje al cine del neorrealismo italiano, en particular al cine ambientado en Sicilia donde desfilan personajes como Marcello Mastroianni, Ornela Mutti, Claudia Cardinale y muchos más, aderezado con humor y mucha ironía. Arena Negra es un delicioso fresco de la mejor novela policiaca italiana con una protagonista de “carne y hueso” con todas sus manias, fobias, y aspiraciones, negada para la cocina, con un gusto culposo por la moda y una vida solitaria a sus 39 años. Nos recuerda innevitablemente a Camilleri, cosa que la autora agradece, pero confiesa más cercanía con Leonardo Sciascia y el mismo Georges Simenon y yo le añado vasos comunicantes, probablemente involuntarios, con Manuel Vázquez Montalbán, Petros Markaris  o Alicia Giménez Bartlett.

Una buena forma de adentrarse en la nueva novela negra italiana y pasar unas vacaciones divertidas y sosegadas. Anímese, se lee de una sentada…

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.

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