Asesinos en series (docuseries y películas)

Caliche Caroma

La plataforma de la ene escarlata vive al margen del quinto mandamiento, goza y hace gozar con la muerte. A propósito del gusto pulposo (tejido celular en putrefacción) y generalizado por los asesinos, seriales o monos (de uno), para nadie es un secreto que el público obeso de cuarentena se siente atraído por las producciones cinematográficas en donde los protagonistas son sujetos con psicopatologías muy parecidas a las suyas (¿las nuestras?). La pregunta no es ¿por qué se mata?, sino más bien ¿por qué no nos hemos convertidos todos en homicidas? Tal vez porque este tipo de “entretenimiento” ofrece un paseo por la mente del asesino y, así, se sacia la colectiva sed de sangre (Cf. Crímenes Ejemplares de Max Aub), es decir, con estas series y películas se aminora un poco ese latente odio contra la sociedad que nació en el seno (seno por vacío) familiar. Y como antesala del crimen, esta frase de Eric Harris sacada de una lista de las mejores veinte pronunciadas por asesinos: “Los odio por excluirme de tantas cosas. Los odio y será mejor que me tengan miedo ¡Odio! Estoy lleno de odio y me encanta. La naturaleza humana de la gente es su muerte”.

Mindhunter  

Esta serie creada por Joe Penhall en 2017, está basada en hechos reales, y decir esto es referirse a los descuartizamientos, violaciones, secuestros, torturas y otras linduras llevadas a cabo en la década de los setenta y principios de los ochenta en la tierra de la libertad, los Estados Unidos de Norteamérica. Dos detectives del FBI comienzan a investigar, desde otro ángulo, los asesinatos cometidos (o comandados) por personajes como Charles Manson, el hijo de Sam (David Berkowitz), Ed Kemper, Wayne Williams, et al (et al quiere decir mucha sangre más). Estas investigaciones parten de entrevistas con los asesinos, el encuentro con los delincuentes les sirve a los agentes para comprender los motivos y de dónde surgió la desviación que los llevó a cometer los terribles crímenes por los que se hicieron famosos. De aquí surgió el término “asesinos seriales”. Dos temporadas y prometen la tercera, parte del elenco: Jonathan Groff, Holt McCallany, Anna Torv, Cotter Smith, Hannah Gross y Michael Cerveris. Son varios los directores, pero basta poner uno de ellos: David Fincher.

The Staircase

Los documentales tienen algo que nos toca directamente, pues parten de la realidad, y más cuando tratan el tema del asesinato, la reconstrucción de los hechos que se va dando poco a poco, según avanza la trama en estos nuevos híbridos de serie y documental, docuseries. El espectador toma un papel activo, toma un rol en el caso, saca sus propias conclusiones en la medida que tienen elementos para hacerlo. Quien ve estas docuseries se convierte en un investigador más, sin placa, pero igual de perspicaz que el fiscal, o quizás más. No aplica para los desesperados que van hasta el final o a los resúmenes para saber su desenlace. The Staircase nos presenta las peripecias de Michael Peterson, un escritor involucrado en dos supuestos asesinatos por aventón de escaleras. El primero, que en realidad es el segundo, ocurre cuando está con su esposa en su enorme casa, no hay nadie más, toman una copa en la alberca (tienen alberca), ella se mete a la casa por algo y lo que sigue es que a ella prácticamente le estalla la cabeza al caer por las escaleras. Jean-Xavier de Lestrade es el director de lo que bien podría llamarse Dos muertes por las escaleras. La personalidad de Paterson es para analizarse con cuidado, un mitómano hecho y derecho, como corresponde a los escritores, lo que le da a la docuserie un giro inesperado, casi como novela de Dashiell Hammett.

Unabomber: en sus propias palabras

Ted Kaczynski aterrorizó a los Estados Unidos durante mucho tiempo, su método era sencillo, aparentemente: mandaba cartas-bomba a diferentes universidades, alguien las abría y ¡pum! A Ted se le conoce como Unabomber, mató a tres personas e hirió a muchas más. Se creó una unidad especializada para poder atraparlo, pero no pudieron hacerlo en más de dos décadas, hasta que en 1995 mandó una carta manifiesto y al final quien lo descubrió fue… También docuserie, en la que accedemos, a través de su propia voz, a los oscuros secretos del brillante matemático que dejó su labor como investigador para irse a vivir a una cabaña en medio de la nada y, ya muy enojado, desatar su odio contra el sistema, Fuck the system! La escribió y la dirigió Mick Grogan. Quienes gusten de la filosofía anarquista extrema, éste es un material de colección.

El asesino oculto: En la mente de Aaron Hernández

Un jugador profesional de futbol americano que lo tiene casi todo: salud, carisma, millones de dólares, una mansión, esposa hermosa e hija pequeña, marihuana y amistades peligrosas. Pero los golpes en su cabeza le han desacomodado las ideas, o al menos eso es lo que se pretexta en esta docuserie dirigida por Geno McDermott. Se le bota la canica al fortachón de Aaron y le dispara a una joven promesa deportiva (se quedó en pura promesa). Sí, hay asesinatos, aunque lo más interesante aquí son los casos de homosexualidad en la NFL que, en pleno siglo XXI, se ocultan para no quitarle lo machín a uno de los deportes más aburridos que han existido en este planeta. Tomar nota del papel que juegan los medios de comunicación en los juicios (Cf. O. J. Simpson).

Making a murderer

Steven Avery fue acusado de atacar a una mujer e intentar asesinarla, pasó dieciocho años en la cárcel por un crimen que no cometió, se demostró su inocencia y quedó en libertad. Después de la emoción, el llanto y el apapacho, Steven demandó al Condado de Manitowoc, Wisconsin, por una buena cantidad. Lo único que ganó Avery fue otra vez un cuarto en el Gran Hotel, de vuelta a la prisión. El estado utilizó toda su maquinaria para involucrarlo en el asesinato de Teresa Halbach, un terrible homicidio de una joven fotógrafa. Sí, ésta es otra docuserie, larga, muy larga, parece que aún no termina, Steven sigue en prisión, el estreno de Making a murderer fue en 2015. A veces los capítulos pueden parecer lentos, sin embargo, es importante seguirlos para entender que la “justicia norteamericana” funciona por agotamiento, el cansancio de los padres de Avery es lo más doloroso de este trabajo de Laura Ricciardi y Moira Demos. El papel de la policía del condado recuerda mucho a la siembra de evidencia en la que los elementos mexicanos son peritos.

Pain & Gain

Y como el título de este híbrido de nota pseudo cultural decía películas, pues una película de asesinos para terminar la masacre literaria. Es increíble que este largometraje de 2013 sea la adaptación de cosas que sí sucedieron, pero lo más increíble es que La Roca (Dwayne Johnson) haya tenido por fin una buena actuación. Tres culturistas (vatos que hacen ejercicio para ponerse hinchados) deciden secuestrar a un empresario judío que es más que insufrible, tienen la convicción de que sólo así podrán salir de pobres. Como corresponde a este mundo, todo se sale de control y terminan asesinando a un productor porno y a su esposa, un secuestro no era suficiente para el lujo con el que soñaban. La historia está llena de momentos tragicómicos y desesperantes. Michael Bay es el director, acompañan a La Roca en la actuación: Mark Wahlberg, Anthony Mackie, Tony Shalhoub y Ed Harris.  Y ahora sí, asesine usted el aburrimiento.

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