Cimbra a Morelia, histórica marcha feminista

Wendy Rufino, Tsuri Chávez y Carmen J. Cohen

Al grito de “¡Ey, Gobierno! ¡No somos infiltradas! ¡Somos feministas!, ¡Y estamos enojadas!”, miles de mujeres de distintas edades hicieron retumbar las calles del centro de Morelia, durante la manifestación del 8M.

Cerca de siete mil mujeres salieron de Plaza Morelos rumbo a Palacio de Gobierno en una marcha conformada por familiares víctimas de feminicidios, colectivas feministas, organizaciones sociales, comunidades indígenas y sociedad civil.

Eran las cinco de la tarde y el número de asistentes se multiplicaba, ya que no dejaban de llegar simpatizantes de la convocatoria del 8M, convirtiéndose en la movilización feminista más grande vista en el estado para exigir un alto a la violencia machista.

Previo a que la manifestación comenzará se llevó acabó el performance “Zapatos Rojos” de la artista Elina Chauvet y gestionada por Irai Navarro Valenzuela, donde se acumularon decenas de zapatos sobre la Calzada de San Diego con la intención de visibilizar la ausencia que provocan los feminicidios. Esta obra ha tomado el carácter de itinerante, y se presentó por primera vez en Ciudad Juárez en 2009, desde entonces se ha replicado en varias ciudades de América y Europa.

La marcha avanzó encabezada por un grupo de mujeres que cargaban un ataúd con la palabra “Patriarcado” escrita en los costados. Acompañadas de familiares y amigas, la emblemática avenida Acueducto se abarrotó de personas en ambos sentidos de la calle, lo que se mantuvo a lo largo de avenida Madero.

Por momentos el humo de colores de las bengalas que portaban las manifestantes asemejaba una marea violeta que inundó las calles y que aunado a los cantos, las consignas, la batucada, marcaron un precedente. Los propios transeúntes que atestiguaron el evento no daban crédito a la numerosa cantidad de mujeres, niñas, hombres y niños que se presentaron a la manifestación.

Cuando el contingente llegó a la Fuente de las Tarascas, le colocaron mantas con diversos mensajes en apoyo a la legalización del aborto, así como las consignas «Nilda, te seguimos buscando» y “Ni una más”, posteriormente marcaron con pintura roja el cuello de las mujeres purépechas representadas en el monumento para hacer alusión a los feminicidios.

Dicho acto provocó el cólera de un testigo que rondaba los 20 años, quien se acercó a agredir a las mujeres con empujones, motivo por el que se le pidió desalojar la movilización. Más tarde se acercó por la espalda a una joven manifestante para arrancarle su pancarta.

Miles de mujeres se unieron al canto de un “Violador en tu camino” y al grito de “¡Ni una menos! ¡Vivas nos queremos!” que se replicaba como un eco a través de los contingentes participantes.

Durante el trayecto se realizaron pintas con las consignas “Digna rabia”, “Aborto libre” y “Vivas nos queremos” sobre los muros, el pavimento y las banquetas. Al llegar al Templo de las monjas, una cadena de feligreses católicos con rosario en mano, rezaban desesperados mientras veían avanzar a las miles de mujeres que con el puño en alto coreaban: “¡Saquen sus rosarios de nuestros ovarios!”, “¡Hay que abortar! ¡Hay que abortar! ¡Hay que abortar este sistema patriarcal!” y «Su religión encubre pederastas».

Pronunciamientos de la Asamblea 8M Michoacán.

La marcha concluyó en Palacio de Gobierno, donde se leyó un pronunciamiento por parte de la Asamblea 8M de Michoacán en el que se pidió justicia para Nilda Rosario, estudiante de la Facultad de Veterinaria de la UMSNH, quién el 17 de marzo cumple un año de desaparecida. También exigieron a las autoridades universitarias, garantizar el acceso a la justicia con perspectiva de género de las estudiantes de la Comunidad universitaria.

“Nos solidarizamos con las compañeras que han decidido levantar la voz en las facultades y preparatorias. Las compañeras han visibilizado una problemática que han intentado invisibilizar y negar. Exigimos justicia para ellas”, externaron las ahí presentes.

Como partes de sus demandas en el aspecto laboral, resaltaron la falta del reconocimiento al trabajo del hogar no pagado y respeto a los derechos laborales de las trabajadoras del hogar, así como la necesidad de un trabajo digno, reducción de la brecha salarial, acceso a guarderías y dar fin a la subcontratación que respalda los contratos aprueba.

Señalaron también la constante violación a los derechos laborales de las mujeres que precarizan las condiciones de vida de miles de trabajadoras.

«Las condiciones hostiles no han desaparecido para nosotras. El sistema, el estado y los gobiernos, siguen intentando despolitizar nuestras acciones y la visualización de ellas generando una tertulia vestida con felicitaciones, discursos y demás gestos vacíos. Exhortamos al Estado a erradicar el acoso, el hostigamiento y la violencia en el hogar, los espacios públicos, el trabajo, la escuela y las calles. Justicia para todas las víctimas de feminicidio. Todas las muertes violentas de mujeres tienen que investigarse con perspectiva de género. Nunca más tendrán la complicidad de nuestro silencio”.

Una vez leído el comunicado, la congregación terminó con una batucada y la instalación de velas encendidas a las puertas de Palacio de Gobierno, el cual ya se encontraba tapizado de pancartas, aerosol y pañuelos morados.

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