Constantino Cavafis: Velas

Constantino Cavafis

La ciudad*

Dijiste:
«Iré a otro país, veré otras playas;
buscaré una ciudad mejor que ésta.
Todos mis esfuerzos son fracasos
y mi corazón, como muerto, está enterrado.
¿Por cuánto tiempo más estaré contemplando estos
despojos?
A donde vuelvo la mirada,
veo sólo las negras ruinas de mi vida,
aquí, donde tantos años pasé, destruí y perdí.»

No encontrarás otro país ni otras playas,
llevarás por doquier y a cuestas tu ciudad;
caminarás las mismas calles,
envejecerás en los mismos suburbios,
encanecerás en las mismas casas.
Siempre llegarás a esta ciudad:
no esperes otra,
no hay barco ni camino para ti.
Al arruinar tu vida en esta parte de la tierra,
la has destrozado en todo el universo.
                                                                                   A. 1911

*Originalmente: «En la misma ciudad» según una carta escrita por el poeta a su amigo Pericles Anastasiades; no lo aceptaba Cavafis como un buen poema y lo guardó durante 15 años, hasta 1909 que se publicó en la revista Nueva Vida; pero no fue incluido por Cavafis en su antología final.


Deseos

Como bellos cuerpos que murieron jóvenes,
encerrados con lágrimas en ricos mausoleos,
con rosas en el pelo y a los pies jazmines,
se ven los deseos que pasaron sin cumplirse,
sin que alguno de ellos haya alcanzado
la plenitud de una delicia sensual,
o un amanecer iluminado por la luna.

                                                                                   A. 1911


Regresa

Regresa con frecuencia y tómame,
amada sensación; regresa y tómame.
Cuando despierte el recuerdo en mi cuerpo,
y el antiguo deseo me recorra la sangre;
cuando los labios y la piel recuerden
y sienta aquellas manos que aún me tocan,
regresa con frecuencia, y tómame en la noche
cuando los labios y la piel recuerdan.

                                                                      1912


Velas*

Los días futuros se yerguen ante nosotros
como una hilera de pequeñas velas encendidas,
iluminadas, tibias, vivas.

Quedan atrás los días pasados:
una triste línea de velas consumidas;
aún humean las más cercanas.
Velas frías, derretidas, deformes.
No las quiero ver, me entristecen sus formas
y me aflige el recuerdo de su primera luz.
Veo hacia adelante, a mis velas encendidas.
No quiero tornar al pasado,
no quiero estremecerme al verlo.

Qué rápido se alarga la línea sombría;
cuan pronto se multiplican las velas extintas.


                                                                                   A. 1911

* Escrito en agosto de 1893, bajo el título de «Años fugaces»; a raíz de la publicación de este poema, a Cavafis se le conoció como «el poeta de las velas».

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Constantino Cavafis (1863-1933), poeta griego. Algunas de sus obras son: Esperando a los bárbaros y Recuerda, cuerpo.

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