Crónica de un desencuentro

Livier Fernández Topete

Estudiaste psicología, estás dentro del grupo de egresados de tu universidad en Facebook, cuelgas un cartel convocando a un taller de Introducción al Tarot y entonces, comienza el surrealismo: algún colega (o varios) reportan tu cartel a los administradores de la página, tras la eliminación de tu post, recibes un mensaje señalando que tu publicación no pertenece al área de la psicología, que si quieres contra argumentar, envíes soporte teórico y evidencia. Una mezcla de risa y enojo, te preguntas si leyeron el subtítulo del taller “El Tarot como forma de autoconocimiento”, te preguntas si leyeron algo de Jung y su trabajo con el tarot, te preguntas si estarás tú equivocad@, si estarás soñando y por dormid@ no recuerdas que estás a punto de obtener algún grado académico y que quien te escribe es seguramente alguno de tus sinodales de tesis. Pero no, estás despiert@ y hace años te titulaste de un posgrado en artes, hace aún más años te titulaste de la misma carrera, en la misma universidad que tus jueces, la mayoría de ellos fueron tus compañeros de generación, con algunos incluso te relacionaste amistosamente. Con los ojos bien abiertos, relees: “en caso de contra argumentar, favor de incluir los documentos de soporte teórico y de evidencia para ser revisados minuciosamente”, el objetivo de lo anterior, supones, es considerar la reinserción de tu cartel promocional. Pero tú sólo querías ampliar la convocatoria, extenderla a un grupo que considerabas podría estar interesado en el tema por razones que parecen sólo obvias para ti, todo se te figura una broma; sin la pretensión de convencer a nadie ni de ser legitimad@ o publicad@ de nuevo, envías un texto escrito por ti sobre el tema, piensas y les respondes: “a ver si vale como contra argumentación, como documento de soporte teórico y evidencia”, aunque esto último sí se te antoja más complicado, porque el adjunto es más ensayo que otra cosa, más literatura que academia, sigues pensando y escribiendo: “no pasa nada si les sigue pareciendo fuera de lugar el cartelito rosa con luna y estrellas, supongo que eso tampoco lo viste de seriedad”. Y no es que te importe estar dentro de la psicología, al menos no de una que censure, de una que no guarde congruencia con la naturaleza humana en su sistema teórico, de una con hambre de ser lo que no es (por ejemplo, ciencia), de una positivista y hegemónica ¿Alguna vez te importó?

Te clavas, sigues sin entender, te desconcierta eso de que tu post “no corresponde al área de la psicología”, te parece demasiado purista esa aseveración. El mensaje que recibiste es totalmente descontextualizado para un post del tipo convocatoria a un taller. Tu publicación no fue un documento académico que requiriera contra argumentación (en todo caso debieron solicitarte argumentación), fue una simple invitación a un taller de corte herramienta psicoterapéutica y relacionado con la teoría del arte. En realidad, no tienes ninguna expectativa mayor de participantes del grupo de psicólogos en tu taller, promueves en otros sitios también, tampoco sientes la necesidad de validación de tus pares. Les escribes sobre todo por necesidad de expresión. Crees que deben ser más cuidadosos, leer mejor y solicitar lo que a ti (contra argumentación, soporte teórico y evidencia) a otros, en diferentes contextos y publicaciones.

Aclaras: tu interpretación de Jung no es mística sino psicológica, además de racionalista, y la forma en cómo lo planteas en el taller es como herramienta de introspección a través de proyecciones, incorporas también ideas sobre la historia del arte, la lectura de imágenes artísticas, la semiótica, la psicología analítica, el psicoanálisis, la psicología social y en el terreno junguiano hay otro punto medular: los arcanos del Tarot entendidos como arquetipos, en el sentido de que hablan de lo humano, son como una síntesis de su condición. “Los sinodales” te preguntan si al trabajar con proyecciones, la lotería podría funcionar. La lotería es un ejemplo que sueles poner en el taller, un caso local de iconos de la cultura mexicana, te sirve para caricaturizar lo arquetípico, pero no es el repertorio de imágenes ideales para hablar de lo arquetípico, el Tarot es ideal para esto, porque en su tradición más seria, se ha hecho un esfuerzo por representar a través de lo figurativo y lo simbólico, características del ser humano, esto que llamamos condición humana y crees que ningún otro sistema de cartas o de naipes lo hace con tal destreza, participan artistas e intelectuales en estas co-creaciones, en esta galería de poderosas imágenes; un símil sería la mitología ¿Habrá psicólogo sensato para el que este reflejo de las culturas no le diga nada? Preguntas a tus colegas si ¿les suena Yocasta, Edipo, Electra, Narciso, las Ninfas? Sólo por recordar los más utilizados en su área. Los arquetipos son un poco como los mitos griegos, modos de ser humano, esquemas de personalidades.

La petición de sustento te parece desproporcionada para el fin del post, la relación costo-beneficio no te cuadra, no estás haciendo una tesis con fines de obtención de ningún grado, sólo convocando a quienes les resuene la propuesta, apelarías al libre albedrío de los espectadores de dicho cartel, que sean ellos quienes juzguen, que sean ellos quienes pregunten, que seas tú quien responda, aclare, argumente, pero a quienes tengan la duda, al resto, no les debes nada.

Además de tu texto sobre el tarot, envías una liga para descargar uno de tus libros de cabecera: Jung y el Tarot / Un viaje arquetípico, de Sallie Nichols, publicado por primera vez en 1980, de la Colección PSICOLOGÍA, Ed. Kairós. Transcribes a tus colegas/sinodales que Sallie Nichols estudió en el C.G. Jung Institute de Zürich, mientras Jung estaba todavía al frente, y profundizó en la psicología arquetípica. Desde entonces ha enseñado, principalmente en el C.G. Jung Institute de Los Angeles, simbolismo del Tarot.

Te hacen recomendaciones para que tu cartel “no facilite que vuele la imaginación del lector y se asuma magia en lugar de psicología”, terminas diciendo que tomarás en cuenta sus consideraciones en caso de que te interese volver a publicar este o algún otro post en la red de psicólogos egresados del ITESO.

Te quedas pensando en las limitaciones de la comunicación, en las convenciones sociales, en que esperabas más de los psicólogos, en que la asunción de esoterismo o magia sería más aceptable en cualquier otro pero no en un psicólogo, te quedas pensando en la arrogancia de ciertas peticiones, en la falta de comprensión, en los buenos modales de los grupos sociales, en su idea de corrección o incorrección, en la frivolidad de las redes sociales, en la ilusión de superioridad según los sistemas de creencias, en que los espíritus jóvenes envejecen, en la tragedia de las instituciones, en la futilidad de esta crónica.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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