El show de las marionetas

Horacio Cano Camacho

No cabe duda de que la novela negra está de moda. A diario se publican montones de novelas de autores “nuevos”, o se redita a los clásicos, lo cual es una suerte para nosotros, los fans. En ocasiones resulta complicado orientarse en este mundo de títulos y autores. A veces pasa como cuando un principiante llega por primera vez a una vinoteca y se enfrenta a una estantería llena de marcas, etiquetas y varietales que no le dicen nada, creemos que un poco de ayuda no va mal… este es un poco el objetivo de este bufete negro, orientarlo, en la medida de los posible

No cabe duda de que este género ha dejado de ser considerado de segunda por la literatura más “seria”. La novela negra ha abandonado de manera definitiva el corsé que lo restringía a una estructura de tramas muy lineales y predecibles, para entrar en la experimentación, la diversidad y la innovación, sin abandonar, claro, ciertos elementos que le dan identidad. Esta cualidad le otorga a la novela negra una gran libertad creativa para diseccionar a la sociedad con gran precisión.

Como en cualquier otro género, podemos encontrar autores con calidades muy disímbolas, algunos del todo prescindibles, hasta los autores y autoras que ya son los grandes nombres de la novela negra. De vez en cuando aparecen en el panorama jóvenes que prometen. Es el caso que hoy recomendamos.

Se trata de M.W. Craven un “joven” inglés de 52 años, que incursiona con esta, su primera novela, en el género negro. Y lo hace con buen pie. El show de las marionetas (Roca editorial, 2019, ISNB 9788418014147), es la primera entrega de la serie del detective Washington Poe. El libro se alzó de inmediato con una enorme aceptación de los lectores y ganó el prestigioso premio Gold Dagger al mejor thriller del año pasado.

M.W. Craven

Washington Poe es un policía caído en desgracia, con problemas con la autoridad y medio cínico e implacable. Hasta aquí nada nuevo en el género. Pero Poe engancha de inmediato al lector con una trama muy bien construida que se apoya en la figura de un psicópata al que se persigue ¿o es perseguido por este? y su contrapunto, una chica superdotada con problemas de integración social. Lo transgresor de Poe no está tanto en el personaje sino en la trama que explora un tema -por desgracia- muy de actualidad, y en ese sentido, M.W. Craven se adapta muy bien a la realidad, que trasciende con facilidad el contexto en que se produce la historia.

En un rincón del Reino Unido (Cumbria), muy cerca de la frontera con Escocia, aparecen los cuerpos de personas mayores, incineradas en medio de los círculos de piedra prehistóricos. Los cadáveres presentan huellas de tortura y señales claras de que se trató de escenas preparadas de manera muy cuidadosa. En la piel quemada de uno de ello y luego de análisis muy sofisticados, aparece grabado el nombre de nuestro detective seguido del número 5. Al parecer alguien ha anotado el nombre de la quinta víctima…

Cuando en la literatura o el cine, un asesino en serie está bien construido y resuelto, puede resultar todo un éxito, pero resulta muy arriesgado para un autor primerizo que puede fácilmente caer en los clichés. M.W. Craven lo resuelve con una historia muy interesante e intensa, en donde la motivación juega un papel fundamental. ¿Qué lleva a una persona a cometer un acto tan terrible y aun más, qué lo lleva a convocar a Washington Poe para involucrase en el caso?

Poe es un excelente detective, muy intuitivo y arrojado, dispuesto a llegar allá donde le marcan las pruebas científicas a pesar de la resistencia de las propias autoridades, muy proclive “olvidar” aquello que le resulta incomodo. Tiene de colaboradora a Tilly Bradsahaw, una agente muy brillante como analista, superdotada para las matemáticas, la informática y el análisis de patrones. Ella es el perfecto contrapunto para nuestro detective y lleva sobre sus hombros gran parte de la investigación. A ella se le debe el descubrimiento del “mensaje oculto” en el cuerpo carbonizado de la tercera víctima, y descubre que el mismo Poe es parte del plan ideado por el asesino. Tilly es, además, de un personaje muy empático, pero una muestra clara del abuso machista. Sus cualidades y personalidad son asumidos por los demás (los hombres), como una licencia para bromearle, para hostigarla y llegar a la violencia. Poe rápido se identifica con ella por su propia historia y forman una pareja de investigadores muy innovadora.

El show de las marionetas es un excelente thriller. Tiene acción, misterio, humor, búsqueda de justicia y sobre todo una venganza sobre hechos del pasado, que no nos dejaran tranquilos y que se parecen mucho a lo que esta sucediendo en México por estos días: en una historia “simple” de una serie de asesinatos, se encuentra en realidad la crónica de la quiebra ética de una sociedad que se ceba con los débiles, las mujeres y los niños, ante la pasividad, incluso connivencia de quien debería defenderlos. No cuento más, para no amargarle la sorpresa de un final aterrador.

M.W. Craven es en si mismo un personaje. No es el primero en comenzar de “manera tardía” una carrera en la novela negra. Ya hemos comentado aquí casos como los de Ian Manook y Pierre Lamaitre. Al igual que ellos, lo hace con un éxito enorme y sobre todo deja muy buenas expectativas. Craven también tiene una carrera alejada del mundo de la novela. Fue militar, guardia de seguridad en una prisión, viajero empedernido y luego obtuvo una maestría en criminología… Al parecer tendremos Washignton Poe para rato.


Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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