En una taza de té cabe el mundo

Caliche Caroma

Estudiantes de medicina y otras carreras, escritores muy serios, parejas cariñosas y uno que otro despistado se dan cita en esta tetería que se encuentra debajo del Centro Cultural UNAM, su nombre es Therai. Aquí nos citó Livier, ella misma nos sirve el té negro que proviene de Darjeeling, como se lee en la carta del lugar. Las tazas van a la tetera y no al revés, porque la tetera contiene el té que es el centro de este ritual; no se sirven al tope, se dejan a la mitad, el resto se llena con amistad. Esto nos lo explica Livier, el olor es suave pero intenso, rico, el cuerpo se relaja, casi olvidamos que venimos a una entrevista.

Ella se presenta y cuenta su historia con teína: “Soy Livier Fernández Topete, nací en Ocotlán, Jalisco. Viajé de Monterrey a Morelia por cuestiones existenciales. Cuando llegué tenía poco que me habían dado la certificación de sommelier de té, desde Ocotlán ya me estaba dedicando a esto de manera más profesional. Entré al té en 2003, cuando salí de la carrera de psicología, quería oxígeno. Yo venía de trabajar en un hospital psiquiátrico en el último año de la carrera. Necesitaba aire fresco. Viajé en 2003 a Inglaterra para estudiar inglés, regresé en 2004. Allá me enamoré del té. Como todos los amores, mi amor por el té comenzó como algo irracional, durante muchos años sólo me gustaba porque sí, era algo totalmente sensorial”.

Las vueltas de la vida la hicieron racionalizar este amor: “En 2011 fui a Chile, mi hermana estaba allá, estudié un poco sobre vinos, y de aquí busqué algo que se relacionara, de forma más especializada, con el té. El vino me llevó al té, del que también conozco sus secretos. Estuve explorando hasta que encontré El Club del Té, escuela angloargentina. Hice mi curso online, dictado de conferencia en vivo, entre otras actividades; estos estudios tenían mucha relación con el arte, con la estética, otra de mis inclinaciones. El té logra concentrar muchas de mis pasiones. La tradición japonesa dice que el té se utiliza como una metáfora para explicar muchas cosas más, en una taza de té cabe el mundo”.

Livier sirve de nuevo, claro, a la mitad las tazas, tomamos más té, sigue el cuestionario existencial a propósito del descubrimiento accidental: “La leyenda del té se centra en el personaje Shennong, que recomendaba tomar agua caliente, pues decía que nada era mejor para el cuerpo que el líquido a temperatura alta. Estaba Shennong un día con su cuenco con agua caliente debajo de un árbol del que se desprendió una hoja y cayó en su recipiente, él lo probó y le encantó el resultado, así nació el té. Shennong se encarga de promoverlo y distribuirlo. Pasa de China a Japón, los monjes budistas lo toman, especialmente el verde, lo utilizan para meditar, para aclarar sus pensamientos. Existe una importante relación entre el té y la filosofía Zen, pero ésta es otra historia. Luego llega a Europa, primero Portugal, Holanda, acá hay una disputa sobre quién fue el primero en conocerlo. Pero es claro que fue una mujer quien lo difundió en el viejo continente, Catalina Enriqueta de Braganza es la encargada de expandir el té; reparte el que ella tenía como dote, es portuguesa, con todas las personas cercanas y, bueno, hasta llegar a la hora del té instaurada por la reina Victoria. El té tiene muchos beneficios, puedes tomar las cantidades que quieras, es muy noble”.

“ “Sólo hay una cepa de té: Camellia sinensis, con dos variedades para consumo humano: Camellia sinensis sinensis y Camellia sinensis assamica, todo lo que no venga de aquí, simplemente no es té. Existen seis tipos de té, por niveles de oxidación te los digo: blanco, verde, amarillo, azul, negro y oscuro. Luego están los grupos de las tisanas, herbales y frutales. Hay mucha desinformación sobre el té, la gente confunde las tisanas con el té, por ejemplo. En las mismas teterías encuentras la palabra tisana escrita con zeta, sólo por mencionar una de tantas confusiones”, Livier sorbe el último trago de té que se termina, no así la plática.

Las preguntas acerca de las mezclas, de los sacrílegos y de los productos que ella trabaja: “Yo soy una sommelier muy poca ortodoxa, el té hay que tomarlo como cada quien quiera. Si alguien le gusta con azúcar, que le ponga azúcar, si otro quiere ponerle leche, adelante. Mi recomendación es que la primera taza de té la tomen solita, sin nada más, sólo la bebida caliente. La mayoría de los sommeliers dirían que por supuesto que no, ni azúcar ni leche. Con leche sólo si es un té negro muy fuerte, pero si usamos leche en otros tés más sutiles, apagamos las notas. Entre más intensos sean los sabores del té, podremos equilibrarlos con la leche. Yo manejo una selección/colección de té llamada Livté (Livier + té); la hago por estaciones, primavera-verano y otoño-invierno. Utilizo los seis tipos de té que existen, pongo una tisana frutal y una tisana herbal. La garantía es que tiene calidad Premium, primero fueron probados por un sommelier”.

Por qué debería alguien ir a los talleres de té que imparte Livier, quién es ese alguien: “Todo aquel que se sienta sibarita, hedonista o simplemente quiera dejarse llevar por los estímulos, a estas personas les recomiendo asistir, los talleres de té son un buen lugar para intensificar los sentidos y darle rienda suelta al placer y al goce sensorial. El desconocimiento de todo lo que está detrás del té nos invita a abrir la puerta, yo llamo a mis talleres El universo del té, porque hay infinidad de cosas para aprender sobre él”.

Cuáles son los lugares para tomar té en Morelia, las preguntas no tienen signos de interrogación, aunque sí son dudas genuinas: “Recomiendo tres teterías donde se prepara muy bien el té. Tea House Boutique Aroma y Sabor (Boulevard García de León #1119-A Col. Chapultepec Sur), Catalina Meet & Tea (avenida Camelinas #2884, col. Cinco de Diciembre) y Therai, que es donde estamos y es el que más me gusta por su ambientación oriental”.

Por último, la invitación. Tres talleres son los que Livier tiene planeados en fechas cercanas: “Uno de Maridaje para tés y tisanas, es un taller muy accesible, cuesta $300 pesos, entre todos llevamos cosas para maridar con el té. Son dos horas, una hora es teórica y la otra de práctica. Éste es el lunes 25 de noviembre en mi casa, de cinco a siete. Otro es el viernes 29 de noviembre de diez a una, se llama El universo de té, es introductorio, sirve para atravesar la puerta que da entrada a todo el cosmos de esta bebida, también en mi casa. El tercero es el 20 de diciembre de cuatro a ocho en Guadalajara, en la Col. Mezquitán Contry ”. Queda la invitación, las tazas están servidas, a la mitad, a usted le toca llenar el resto.

Teléfono y WhatsApp de Livier: 443 246 5686

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