Esperanza, cansancio y dolor: camino de fe a San Juan de los Lagos

Jose Antonio Castrol

Casi un millón de personas peregrina cada año a San Juan de los Lagos por diferentes medios, pero el más tradicional y que pone a prueba capacidades físicas y mentales, es la peregrinación a pie, la gran mayoría de ellas pasan por León, Guanajuato.

Casi 78 kilómetros separan a esa ciudad guanajuatense de San Juan de los Lagos y desde ahí también parten miles de peregrinos cada año para pagar mandas o como agradecimiento a la Virgen de San Juan de los Lagos.

Una tradición que se originó hace 400 años cuando se registró el primer milagro de esta virgen.

Tras 50 kilómetros de caminata los estragos se hacen notar. Ampollas y uñas quebradas están entre las secuelas.
Solo sus propias lamparas aseguran poder ver claramente el camino a seguir
Son muchas familias y negocios que como pago a la Virgen, se instalan las orillas de la carretera León – Lagos de Moreno para ofrecer desde una silla para descanso hasta alimento y bebida.
Comienza a amanecer y a tiempo de seguir el camino, aunque algunos se toman su tiempo para descansar más.
¿cuanto faltará? se preguntan algunos.
Muchos son los que llevan cargando alguna imagen durante toda su caminata.
Los vendajes en las rodillas dan evidencia de las dificultades del trayecto.
El trayecto previo a llegar a San Juan de los Lagos es conocido por sus numerosas lomas que hacen pensar que está cerca el destino, pero al pasarlas, la carretera continua, la prueba es más mental que física.
Dos hermanas se protegen del frio aire al amanecer mientras continúan su caminata.
Decenas de vehículos se orillan para ofrecer algún alimento en la carretera para los sanjuaneros.
Entre estos peregrinos es común el consejo de no detenerse para evitar que el cansancio sea mayor, pero algunos no resisten.
Sanjuaneros observan una transportadora de cerdos.
Padres, hijos, nietos, familias enteras realizan la caminata.
El acueducto de San Juan de los Lagos es aviso de que está cerca el destino, la circulación vial es totalmente restringida ante la cantidad de peregrinos.
Cualquier sitio es para descanso una vez que se logró cumplir la manda.
Un peregrino carga una imagen de la virgen María al pie del altar de la Virgen de San Juan de los Lagos.
Uno de los peregrinos ciclistas toma su descanso en la explanada de la Basílica de San Juan de los Lagos.

Jose Antonio Castrol (León, Guanajuato, 1986). Periodista, actualmente trabaja en Periódico AM de León. Aprendiz de fotógrafo, melómano y motociclista.

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