Llegó el día de la marcha y…

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En la conferencia de prensa que dio Alfredo Ramírez Bedolla, y en presencia de Ken Salazar, embajador de los Estados Unidos en México, la reportera Blanca Simón Ortiz le preguntó al gobernador la razón por la que no se confronta al crimen organizado como se hizo en contra de las mujeres y periodistas en la M8 moreliana, ¿por qué no se actúa así de rápido para terminar de una vez por todas con los delincuentes que destruyen las vidas de los michoacanos desde hace mucho tiempo?

Después de hablar del aguacate, de la liberación de los caminos cerrados por el crimen en la Tierra Caliente, de los logros de su administración hasta ese medio día de marzo de 2022, Bedolla Ramírez medio evadió la pregunta y dijo que había infiltrados en la marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, también dijo que lo único que quiere es la paz. Aseguró que la policía actuó de manera eficaz, sólo contuvo los desmanes, pero no mencionó el gas lacrimógeno, el arresto a menores de edad, los macanazos, el descalabro de un reportero y las heridas de balas de gotcha a las reporteras que cubrían el acontecimiento.

Varias mujeres que forman parte del gobierno morenista apoyaron y repitieron la versión del mandatario michoacano, se habló de posibles infiltrados a la marcha del 8 de marzo, los rumores fueron creciendo conforme se acercaba el día. El coro de la burocracia cantó. Giulianna Bugarini, dirigente estatal de Morena, dio a conocer al reportero Adán García lo que sigue: “Lo digo con mucha responsabilidad: hay también estos grupos de choque que son mandados porque no gusta que hoy se visibilice el tema de las mujeres”. La anticipación, la perspicacia y los viejos métodos del PRI para romper manifestaciones: porros.

Por whatsapp, redes sociales y en carteles pegados por la ciudad se convocaba a marchar, pero no era una, sino varias las convocatorias, diferentes colectivas son las que coexisten en Morelia. El horario, lugar de salida y organización variaban de una a otra invitación para reunirse y andar por el Centro Histórico de Morelia la tarde del martes 8 de marzo. Y faltaba la provocación, el miedo, las mentiras y el silencio de las mujeres que integran el gobierno morenista de Michoacán.

Unos días antes del 8 de marzo se cercó el Palacio de Gobierno, decenas de vallas alrededor del edificio de cantera recién limpiado de las paredes, pero con los vidrios aún rotos. La subsecretaria de Derechos Humanos del Gobierno del Estado, Elvia Higuera Pérez, aseguró que las vallas habían sido puestas a petición del Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero el INAH negó dicha petición. Además de la muralla de metal, al gobierno del estado le pareció buena idea poner afiches con fotografías de michoacanas, sin el permiso de la mayoría de las retratadas. Estos carteles de las vallas tenían frases de escritoras sobre el feminismo, el gobierno del estado dando cátedra sobre el tema.

El asesinato más reciente de una moreliana fue el de Erika Karina N., encontrada con signos de asfixia en la colonia La Quemada de la capital michoacana el sábado 26 de febrero. El feminicida de Jessica González Villaseñor continúa sin condena y tal vez con posibilidades de librarse del castigo, principalmente por un evidente desinterés del sistema judicial michoacano para resolver los casos de mujeres asesinadas, ir más allá en las investigaciones no es una opción para las autoridades. El aguacate, las paredes de cantera, la revocación de mandato, los temas que sí le importan al gobierno michoacano.

En el contexto político, en la supuesta paridad de género y la simulada igualdad, una diputada michoacana, Gabriela Cázares, hizo lo que pudo para que se discutiera el tema del aborto y su despenalización en la LXXV legislatura, no alcanzó el ha lugar y sus (im)propios compañeros de partido se burlaron de ella, le gritaron y ningunearon, intentaron ridiculizarla, sin que la presidenta de la mesa directiva, Adriana Hernández íñiguez, hiciera algo para evitar la ignominia. Desde ese momento, los comentarios vertidos en las redes sociales subieron de tono, usuarios y usuarias tiraban pestes sobre los movimientos feministas proaborto.

No sólo las autoridades estatales hablaban de una infiltración en la marcha del 8M, en otras partes de México se replicó lo del sabotaje a la organización de las mujeres, Martí Batres lo refirió en la CDMX, Samuel García igual en Nuevo León y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acusó a los conservadores de estar detrás de varias colectivas. Todo menos aceptar el estado feminicida en el que viven millones de mujeres. El monero más oficialista de la cuarta transformación, El Fisgón, publicó una caricatura en donde compara la violencia sufrida en el estadio La Corregidora de Querétaro con la que, según él, iba a suceder el 8 de marzo en todo el territorio mexicano. Dibujó una supuesta feminista en actitud de agredir. Esto fue parte del antes, durante y después.

Llegó el día de la marcha y…

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