Luchar contra el mal, en medio del mal mismo…

Horacio Cano Camacho

En este bufete negro de vez en cuando visitamos a una autora o autor del género, con la intención de presentárselos junto a su obra, con el propósito de motivarlos para que se animen a leerlos, pues consideramos que se trata de obras sólidas que para nada se reducen a un hit de un solo titulo. Generalmente son series de novelas u obras diversas pero que vale la pena revisar en su conjunto. Es el caso de la autora que ahora presentamos

Se trata de Ben Pastor, seudónimo literario de Maria Verbena Volpi, escritora italiana radicada en los Estados Unidos. Nacida en Roma (1950), estudio arqueología y trabajó en diversas universidades de EUA antes de decidirse por la literatura, especializándose en el género de la novela negra. Su estilo es una mezcla entre la novela negra, la novela histórica y la exploración de la condición humana, sobre todo en ambientes extremos.

 Ben Pastor

Para este propósito, creó un personaje y lo situó en un momento y el lado controvertido de la historia. A semejanza de Philip Kerr, con su Trilogía berlinesa y cuyo personaje principal Bernie Günther que trabaja para la Kripo, la temida policia del III Reich, combinando magistralmente el género negro con el momento histórico (ya hemos reseñado a este autor en el Bufete negro); Ben Pastor creó a Martin Bora (Martin-Heinz Douglas von Bora), hijo de un aristocráta alemán con una muy exitosa carrera militar en la Wehrmacht, las fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi.

Martin Bora es un mayor de la inteligencia del ejercito (Abwehr), acreedor a la Cruz de Hierro, máxima condecoración de Alemania (aún ahora). Es un tipo muy inteligente, diplomático y con excelentes relaciones, pero metido en un mundo de horrores. Crear un personaje así, en esa época y en ese bando específico es muy complicado. Ni Kerr ni Pastor pretenden hacer apología de los nazis, pero de manera muy interesante sitúan a sus protagonistas de ese lado, porque así pueden mostrarnos una parte que es difícil ver.

Hay una contradicción “orgánica” en estos personajes: luchar contra el mal, en medio del mal mismo. La manera en que resuelven este dilema, hace a estos autores ya clásicos de la novela negra. Mario Vargas Llosa, refiriendose a Las benévolas de Jonathan Littell, novela situada en esa época y desde el lado nazi, decía que si creíamos saberlo todo sobre estos tipos, luego de la lectura “desde adentro”, nos dábamos cuenta que no, la realidad era peor. Lo mismo podemos decir luego de leer a Kerr y Pastor. Así que me parece muy recomendable una mirada atenta a los libros de Martin Bora.

Martin Bora, como el Bernie Günther de Keer, no se circunscriben a la investigación del hecho criminal de manera aislada del contexto. Afrontan la guerra y sus riesgos, tanto como los dilemas ideológicos y morales de lo que hacen y lo que ocurre alrededor. La pregunta obligada es ¿podemos conservar nuestros principios en ese mundo que se derrumba? Hay quien dice que Bora está inspirado en el conde Claus Philipp Maria Schenk Graf von Stauffenberg, coronel del ejercito alemán y uno de los principales dirigentes del intento frustrado del asesinato de Hitler en 1944.

De los ocho libros sobre Martin Bora, Alianza editorial en su colección Serie Negra ha pubicado siete en español. Comienza con Lumen (2013) en donde le encargan a Bora, investigar, luego de la invasión alemana a Polonia en 1939 y que derivó en la Segunda Guerra Mundial, la muerte de una monja, la madre Kazimierza, en un convento de Cracovia. Esta monja es medio vidente y tienen visiones “apocalípticas” y como Bora es muy católico y su religiosidad lo lleva a “intentar” hacer el bien en el mundo, se ve inmiscuido en una trama donde destaca la visión milenarista de los nazis.

Le siguió Luna mentirosa, ambientada en Italia, Bora colabora con el inspector Sandro Guidi para investigar el asesinato de un rico fascista italiano, mostrandonos la “carga” que para alemania representaba el fascismo de Mussolini. Luego viene Kapuu mundi, con la ocupación alemana de Roma ante la caida de Mussolini. Roma, en su época de máximo esplendor fue llamada “caput mundi”, la cabeza del mundo. Martin Bora es encargado de investigar el aparente suicidio de la secretaria de la embajada alemana. Se encuentra nuevamente con Sandro Guidi para buscar todas las respuestas que no son lo que aparentan. En esta obra, Pastor nos describe la singular belleza de la ciudad eterna, a la vez que la profunda tristeza por la que atravieza, en un mundo en que coexiste (y se niega a morir) con el terror.

Cielo de plomo es mi favorita de la serie. Se desarrolla en Ucrania en los día previos a la Batalla del Arco de Kursk. Esta es la batatlla que cambió el curso de la guerra. Alemania buscaba reponerse de la derrota aplastante en Stalingrado y prepara un golpe mayúsculo al Ejercito Rojo, en lo que a la postre fue la batalla de tanques más grande de la historia. Está fue, a decir de los historiadores serios, la derrota que condujo definitivamente a que Alemania perdiera la guerra… En esta historia, el General Platonov, del Ejercito Rojo, ha caído prisionero y mandan a Bora a interrogarlo. No hay nada que hacer, no obtienen nada, hasta que Khan Tibyetski, gloria del Ejercito Soviético se “entrega” voluntariamente a los alemanes. Al día siguiente ambos aparecen muertos. Este libro nos transporta a un mundo de espias, traiciones y crímenes bajo un cielo de plomo. Este libro confirmó a Ben Pastor como una renovadora del género negro con transfondo histórico y a Martin Bora como “un hombre justo en el bando equivocado”.

A estas cuatro primeras novelas le siguen Camino a Ítaca, Los pequeños incendios y La noche de las estrellas fugaces, que llevan a Bora de Grecia, España y Francia en diferentes momentos de la guerra, investigando muertes extrañas (en el contexto) y que involucran a historiadores, poetas, y personajes de alguna manera ajenos, pero involuntariamente involucrados por la locura de los nazis.

Para Ben Pastor, estas novelas son una excusa para mostrarnos una época histórica y plantearnos lo dilemas morales a los que se enfrenta todo mundo. Para nuestra autora, la novela negra es “un caballo de Troya” que le permite penetrar en la historia y a nosotros con ella. Muy recomendable toda la serie, o alguno de los libros, para abrir boca…

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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