Moscas

Gerardo Pérez Escutia

Oslo Noruega, 4 de abril de 1968, en un segundo piso de un edificio departamental se escucha un disparo, de inmediato los inquilinos del resto del edificio se agolpan frente a la puerta donde ocurrió. El departamento pertenece a Harold Olesen, un antiguo héroe de la resistencia antinazi de la Segunda Guerra Mundial. Al llegar la policía, se descubre que este ha sido asesinado de un solo tiro, y aquí comienza el misterio, ya que el departamento está cerrado por dentro, nadie parece haber forzado la cerradura y nadie de los inquilinos dice haber visto a ningún intruso, ni haber visto nada extraño. El joven inspector jefe, Kølbjorn Kristiansen, es el encargado de llevar la investigación para descubrir quién es el culpable de este asesinato. 

Así comienza la novela que recomendaremos el día de hoy en este Bufete negro, se trata de Moscas de Hans Olav Lahlum (Mo i Rana, Noruega, 1973). Hans es historiador, maestro de ajedrez y novelista especializado en historia política, promotor de torneos de ajedrez en Noruega y a partir de 2010 escritor de novelas de ficción. Con ésta, su primera obra, obtuvo un gran éxito de ventas y fue favorecido por la crítica. Este libro fue el inicio de una serie que ya cuenta con ocho títulos y a la fecha es la única que ha sido traducida al español.

Hans Olav Lahlum

Podríamos decir que Moscas es una novela clásica de misterio, un thriller que hace homenaje a las novelas de Ágatha Christie e incluso a Arthur Conan Doyle. El argumento es simple, se trata de un asesinato aparentemente imposible, con un grupo de varios sospechosos, un investigador, un ayudante con gran inteligencia y perspicacia, aunado a un final inesperado.

En esta historia todos los habitantes del edificio, aparentemente ciudadanos pacíficos y comunes, paulatinamente se transforman, uno a uno, en sospechosos del crimen. Así tenemos a una joven y anodina pareja que oculta un oscuro misterio en su pasado, a un maduro taxista solitario que carga con una historia de colaboracionismo nazi, a un rico heredero inválido con una saga familiar que hunde sus raíces en la resistencia durante la guerra, a un diplomático estadounidense con un papel protagónico en años de la Guerra Fría, a una bella y joven sueca con un rol determinante en la trama y por último, al portero del edificio y a su esposa quienes conocen a todos inquilinos llevando el registro de todos sus movimientos.

El inspector Kristiansen comienza su investigación interrogando a todos los inquilinos y a la esposa del portero, sin embargo, pronto se encuentra en un callejón sin salida al no poder ubicar a nadie en la escena del crimen ni encontrar el arma homicida, para su fortuna, entra en escena un personaje fundamental que vendrá en su ayuda, se trata de Patricia Borchmann, una rica heredera, hija de un viejo conocido de su padre, inválida a causa de un accidente automovilístico e interesada por lo mediático del caso, le ofrece su ayuda. Patricia es poseedora de una inteligencia e intuición fuera de lo normal y logra que nuestro inspector se replantee toda la investigación y modifique sus premisas, así nos hace ver con otros ojos a todos los inquilinos y muestra situaciones e hipótesis en las que prácticamente todos los habitantes del edificio pudieran tener motivos para haber asesinado a Harold Olesen.

Conforme avanza la historia, Olsen se va haciendo más oscuro y complejo, a resultas de su intensa vida y al liderazgo que llegó a tener en la resistencia a los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Conforme avanza la investigación, el autor nos va desnudando a los personajes en toda su complejidad, todos tienen una historia que tiene sus raíces en la Segunda Guerra Mundial.

Cuando son interrogados una y otra vez por el inspector Kristiansen con la ayuda y orientación de Patricia, muestran sus aristas y aspectos ocultos, pintando un escenario cada vez más complejo, que obliga al inspector a plantear diversas hipótesis que irá agotando hasta llegar a la verdadera y encontrar al asesino.

Todos los personajes y sus historias están construidos con gran rigor, nos muestra a una sociedad noruega que aún no logra aplacar los fantasmas de la guerra (recordemos que la novela se desarrolla en 1968) y además, en un trasfondo que da solidez a la historia, aparecen la Guerra Fría y las protestas de los jóvenes contra la guerra de Vietnam.

El oficio de historiador es evidente en la reconstrucción que hace de esa época y del papel de Noruega en la guerra. También apreciamos y disfrutamos la manera en que hace que el inspector aborda la investigación, probando las diversas hipótesis que a manera de un juego de ajedrez nos van acercando a la resolución de la partida.

Este libro se disfruta de principio a fin, es ameno, inteligente, exhaustivo en sus datos y además, pone a prueba nuestra inteligencia y capacidad deductiva, para al final brindarnos un cierre verdaderamente excepcional. Es en definitiva, una lectura muy disfrutable, la recomiendo ampliamente.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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