Nombrar la realidad

Livier Fernández Topete

Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de ‘rosa’ está la rosa
y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’.
El Golem. Jorge Luis Borges

Nombrar a la rosa no le quita ni su aroma ni su belleza.

La idea de que la magia se extingue cuando explicamos las cosas, es una creencia del pensamiento religioso o mágico, es decir, del tipo de lógica ilógica que basa su mirada en supuestos alejados de fundamentos empíricos. Esta forma de razonamiento irracional relaciona un efecto a un suceso que considera causa, sin que en el fondo exista tal relación capaz de comprobarse entre ambos. Este tipo de pensamiento proyecta características de la mente del sujeto sobre la realidad exterior para argüir esta última.

Nombrar al Nilo no recorta su longitud ni borra de su historia la huella egipcia. Nominar no es romper con la frescura, es la compleja brisa civilizatoria. Dar voz es uno de los encantamientos del caldero de lo humano. La poesía es la única magia que nos debería preocupar desintegrar.

Si despertar la consciencia, entender las razones, contar con más palabras es aniquilar la magia, entonces también es hallar al mago, pues el sentido está hecho de letras como de letras está hecho el poema, la llave hacia la comprensión tiene forma de lengua. Dejar la piel animal es eso que el zorro de Saint-Exupéry en El Principito llama “crear lazos”, o sea, domesticar, ese vocablo dulce que nos permite relacionarnos, salirnos de nosotros mismos para hacer contacto con la otredad. Lo salvaje o la página en blanco encarnan la ilusión de lo incólume, espejismo de los que atesoran la virginidad como cualidad que legitima y que agrega valor. Si este mundo se ha “prostituido” ha sido en parte por su anhelo de vírgenes, de castos, de puros y de fenómenos sobrenaturales para darle cauce a la credulidad.

A esta tierra de necios e infames le falta el numen del Golem, el dictado egoexcéntrico de un discurso que trascienda las falsas mieles de lo mágico para abrazar también las hieles contenidas en el Gran Todo, para entender que en las letras de ‘rosa’ está la rosa y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’. Y que ahí, justo en ese tesoro del lenguaje, no hay restas sino sumas, porque el verbo será la máxima invención de todos los tiempos.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

Imagen de portada: Escultura de circA RQ

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