Raúl López Téllez
Autoridades del Concejo de Kurhikuaeri K’uinchekua en la comunidad de San Lorenzo decidieron no participar este año en la ceremonia del Fuego Nuevo, a celebrarse este 2 de febrero en Capacuaro, por considerar que “miembros del mismo Concejo pretenden convertirla en una ´fiesta más´, ligada a la religión que masacró la cultura de nuestros abuelos, a un gobierno que nos sigue pisoteando, a partidos políticos que siguen explotando nuestras necesidades, a una academia que sigue investigando nuestras desgracias en lugar de indagar al causante o, al victimario (a)”.
En un documento que circula en su muro de Facebook, Tata Pedro Victoriano Cruz informa que por estas consideraciones “San Lorenzo Narheni hace manifiesto, y en congruencia y solidaridad con Cheran K’eri y de otros compañeros del Concejo de Kurhikuaeri K’uinchekua de no asistir a las festividades este 31 enero y 1 de febrero en la sede actual”.
Cabe señalar que apenas hace unos días, Victoriano Cruz manifestó su inconformidad por que el alcalde de Pátzcuaro, Víctor Báez Ceja, antes perredista y ahora morenista, fuera el portador de los símbolos de los purépechas en su traslado de Cuanajo –donde se celebró el Año Nuevo purépecha en el 2019-, a Capacuaro, comunidad a la que le corresponde ser sede, en un traslado que inició el 29 de enero.
Involucrar a las autoridades civiles o religiosas, señaló en su momento, o a partidos políticos, va en contra del reglamento establecido por autoridades comunales y consejos de ancianos para el rescate y preservación de la ceremonia más significativa para los purépechas, que se celebra cada 2 de febrero y donde la rotación de la sede se decide en colectivo al concluir cada edición anual.
Este 30 de enero, el comunicador purépecha y carguero en la ceremonia de 1999, recuerda que desde 1983 se rescató la tradición del encendido del Fuego Nuevo, luego de haber sido prohibida por el conquistador español. “A 38 años del reinicio de dicha celebración, un grupo de p’urhepecha, miembros del mismo Concejo pretenden convertirla es una “fiesta más”, ligada a la religión que masacró la cultura de nuestros abuelos”, señala el director de Xiranhua Comunicaciones.
