Emily Dickinson: Embriaguez

Emily Dickinson Él era débil y yo era fuerte… Él era débil y yo era fuerte,después él dejó que yo le hiciera pasary entonces yo era débil y él era fuerte,y dejé que él me guiara a casa. No era lejos, la puerta estaba cerca,tampoco estaba oscuro, él avanzaba a mi lado,no había ruido, él no dijo nada,y eso era lo que yo más deseaba saber. El día irrumpió, tuvimos que separarnos,ahora ninguno de los dos era más fuerte,él luchó, yo también luché,¡pero no lo hicimos a pesar de todo!…

Constantino Cavafis: Velas

Constantino Cavafis La ciudad* Dijiste:«Iré a otro país, veré otras playas;buscaré una ciudad mejor que ésta.Todos mis esfuerzos son fracasosy mi corazón, como muerto, está enterrado.¿Por cuánto tiempo más estaré contemplando estosdespojos?A donde vuelvo la mirada,veo sólo las negras ruinas de mi vida,aquí, donde tantos años pasé, destruí y perdí.» No encontrarás otro país ni otras playas,llevarás por doquier y a cuestas tu ciudad;caminarás las mismas calles,envejecerás en los mismos suburbios,encanecerás en las mismas casas.Siempre llegarás a esta ciudad:no esperes otra,no hay barco ni camino para ti.Al arruinar tu vida…

Santa Teresa de Jesús: Vivo sin vivir en mí

Santa Teresa de Jesús Alma, buscarte has de mí Alma, buscarte has en Mí, y a Mí buscarme has en ti. De tal suerte pudo amor, alma, en mí te retratar, que ningún sabio pintor supiera con tal primor tal imagen estampar. Fuiste por amor criada hermosa, bella, y así en mis entrañas pintada, si te perdieres, mi amada, Alma, buscarte has en mí. Que yo sé que te hallarás en mi pecho retratada, y tan al vivo sacada, que si te ves te holgarás, viéndote tan bien pintada. Y…

Pier Paolo Pasolini: Análisis tardío

Pier Paolo Pasolini David Apoyado en el pozo, pobre joven, vuelves hacia mí tu cabeza gentil, con una risa grave en los ojos Tú eres, David, como un toro en un día de abril, que de la mano de un muchacho que ríe va dulce a la muerte. Traducción de Delfina Muschietti Abro a la mañana de un blanco lunes Abro a la mañana de un blanco lunes la ventana, y la calle indiferente roba entre su luz y sus rumores mi presencia infrecuente entre las hojas. Este moverme… en…

Javier Heraud: Yo no me río de la muerte

Javier Heraud Unas cosas     Mariposas, árboles     calles angostas y     venideras, ¡cómo decirles     que a la hora del crespúsculo     sus ramas vivideras volverán     a crujir en la tormenta!     Si en la noche     remontaran el más ancho río,     ¡cómo negarles su candor     sangriento,     su pecho claro     esclarecido!     Mariposas, árboles en la     tormenta, en el río claro     merced vuestras alas al     ruidoso viento     que entre los dos saldrá     la madrugada. Solo      En las montañas…

Sylvia Plath: Últimas palabras

Sylvia Plath Soy vertical pero preferiría ser horizontal Soy vertical pero preferiría ser horizontal. No soy un árbol con las raíces en la tierra absorbiendo minerales y amor maternal para que cada marzo florezcan las hojas, ni soy la belleza del jardín de llamativos colores que atrae exclamaciones de admiración ignorando que pronto perderá sus pétalos. Comparado conmigo, un árbol es inmortal y una flor, aunque no tan alta, es más llamativa, y quiero la longevidad de una y la valentía de la otra. Esta noche, bajo la luz infinitesimal…

Víctor Hugo: Océano Nox

Víctor Hugo Si pudiéramos ir Él decía a su amada: Si pudiéramos ir los dos juntos, el alma rebosante de fe, con fulgores extraños en el fiel corazón, ebrios de éxtasis dulces y de melancolía, hasta hacer que se rompan los mil nudos con que ata la ciudad nuestra vida; si nos fuera posible salir de este París triste y loco, huiríamos; no se adónde, a cualquier ignorado lugar, lejos de vanos ruidos, de los odios y envidias, a buscar un rincón donde crece la hierba, donde hay árboles y…

Ulises FonMadri: Ráfagas de viajeros

Ulises FonMadri Alguna vez fuimos casas y templos para hombres color tierra, pero luego otros del mismo color nos quemaron, llegaron otros más, casi tan pálidos como las nubes, que nos maldijeron y abandonaron; la lluvia, las aves y ardillas fueron nuestra compañía por centurias, mientras el pasto y el musgo nos cobijaron por completo. Así estuvimos hasta que otros hombres nos volvieron a mirar, sin la añoranza del hogar ni el odio, con otra expresión, una que no conocíamos bien. Vienen todo el tiempo, pero sobre todo en el…

Olga Orozco: En el final era el verbo

Olga Orozco Con esta boca, en este mundo… No te pronunciaré jamás, verbo sagrado, aunque me tiña las encías de color azul, aunque ponga debajo de mi lengua una pepita de oro, aunque derrame sobre mi corazón un caldero de estrellas y pase por mi frente la corriente secreta de los grandes ríos. Tal vez hayas huido hacia el costado de la noche del alma, ese al que no es posible llegar desde ninguna lámpara, y no hay sombra que guíe mi vuelo en el umbral, ni memoria que venga…

Pita Amor: Como los rieles del tren

Pita Amor Vi en el espejo Vi en el espejo un personaje raro un pájaro de sombras taciturno, del polaco Chopin, oí un nocturno y vendí mi reloj a un viejo avaro Tu traje oscuro, que costó tan caro las refulgentes luces de Saturno el comandante que cambió de turno y la niña que juega con el aro Un telegrama que me ha enviado Emilio y yo pidiéndole al demonio auxilio las tabernas de vinos asesinos los burdeles de vicios clandestinos los imanes, las grises cerraduras… También las misteriosas cerraduras.…