Ingeborg Bachmann Cada dÃa Ya no se declara la guerra,se prosigue. Lo inauditose ha vuelto cotidiano. El héroepermanece lejosdel campo de batalla. El débilse ha adentrado en la lÃnea de fuego.El uniforme del dÃa es la paciencia,la condecoración, la estrella miserablede la esperanza sobre el corazón. Se concedecuando ya no sucede nada más,cuando se calla el fragor del combate,cuando el enemigo se ha vuelto invisibley la sombra eterna de las armascubre el cielo. Se concedepor la huida ante las banderas,por el valor ante el amigo,por la delación de secretos indignosy…