Libros, egocentrismo y derroche presupuestal

Caliche Caroma Varios son los descubrimientos cuando uno trabaja en librerías de usado, viejo y raro (invertir el orden de estas tres últimas palabras puede ser peligroso). Entre esos descubrimientos están las primeras ediciones, las infaltables erratas, los ingeniosos separadores, las cartas no enviadas, los libros autografiados por los autores, las dedicatorias inverosímiles, como aquella de un famoso filósofo michoacano que le escribió a una historiadora recientemente fallecida: “Ojalá aprendas algo de este libro”. Ah, qué fauna la de la literatura, y qué poca es la vida para leer tanto…