La visita de J.H. Obereit a las sanguijuelas del tiempo

 Gustav Meyrnik En el cementerio de la parroquia del pequeño pueblo de Runkel, un lugar apartado, como fuera del mundo, descansaba para toda la eternidad el cuerpo de mi abuelo. Su tumba de piedra estaba prácticamente cubierta de musgo y apenas se leía el epitafio. Pero bajo dicho epitafio, tan reciente como si hubiera sido hecho ayer mismo, se ven con absoluta claridad cuatro letras alrededor de una cruz: VIVO VIVO. Eso quiere decir “estoy vivo”. Ese fue el significado del que recibí noticia cuando leí por primera vez la…

Irene

Livier Fernández Topete Escudriñé en la memoria, pero no encontré señales en las noches de pijamadas que me permitieran recordar su último deseo, me impactó su cuerpo llagado, solitario e inerte en aquel cuarto de servicio, cualquiera hubiera imaginado (incluida ella) que acabaría entre sábanas de seda y cama marmoleada; pero no, no encontramos sus ropas finas, entre prendas simples y baratas, una camisa de rayas rojas y azules, botones grandes y textura suave, se la pusimos, le cambiamos el pañal y vestimos la parte inferior con un pants negro,…