Tiempo de irse o quedarse: Martínez Rentería

Caliche Caroma

Carlos Martínez Rentería murió hoy, siete de febrero de 2022, lunes de puente. Carlos Martínez Rentería está muerto, y está vivo: “Cómo medir la madrugada / cómo saber cuándo es tarde o temprano / tiempo de irse o quedarse / de llegar o morir en ese mismo instante”. Escritor de una generación que tuvo su propia revista llamada Generación, de la que él fue fundador, impulsor y director. Defensor de los derechos marihuanos, poeta, editor, contraculturoso por convicción etílica, actor de documental, periodista, entre otros varios defectos. En la página www.elem.mx dicen que nació en 1962, en la Ciudad de México, pero quién sabe, algunos creían que era inmortal y es posible que el anuncio de su deceso sólo sea parte de una performance macabra.

Sus palabras, por favor. Como memoria compartida y homenaje tardío, las alas de las noticias malas tienen propulsión a chorro, y con la tristeza de los funerales a los que nunca iremos, estos fragmentos de un texto de Martínez Rentería intitulado “El caso de la revisa Generación. Ser editor cultural independiente, un salto al vacío”, dentro de la revista ya mencionada, Año XVIII, #69, 2007, $25 pesos:

1. Una de esas tardes luminosas en la desaparecida cantina La Escondida, calle de Dolores, cuatro incipientes periodistas alucinan en la cándida inocencia de los veinte años hacer una revista. Quizá fue la inspiración del mago que cada tarde amenizaba la hora de la botana o mejor aún la joven que lo ayudaba con los trucos, pues después de algunos tequilas esos jovenzuelos decidieron que su revista se llamaría Generación.

2. Era el 8 de noviembre de 1988 en la también ya inexistente librería Reforma, frente al periódico Excelsior, se presentaba el primer número de un tabloide de 24 páginas en papel periódico ante un nutrido auditorio que comenzaba a impacientarse, pues uno de los editores no llegaba con el texto que, redactado a mano, entregó el infaltable Carlos Monsiváis a manera de bendición de esa nueva revista juvenil llamada Generación.

4. Pensé que el escritor Carlos Fuentes había recibido la invitación para colaborar en Generación como una ocurrencia de su tocayo. Pasaron algunos días y una mañana en la redacción cultural del periódico El Universal sonó el teléfono y la secretaria se puso nerviosa, el escritor Carlos Fuentes quería mandar un fax. Se trataba de un texto inédito, “30 años de La Muerte de Artemio Cruz”. Todo parecía indicar que ese texto de cinco cuartillas sería la nota principal del día siguiente. Pero ¡oh sorpresa!, al final se especificaba lo siguiente: “Tocayo, te mando un texto inédito para tu revista Generación.”

11. Nuestro querido maestro Felipe Ehrenberg correspondió con la amistad de tantos años y en el 2000 nos invitó a la feria del libro de la ciudad de Porto Alegre, en el estado de Río Grande Do Sur, en Brasil. Ehrenberg me presentó con sus alumnos, un puñado de jóvenes y talentosos artistas, irreverentes y consumidores de tabaco en polvo y marihuana. La fama liberal del pueblo brasileño con sus bailarinas de samba casi desnudas quedó reducida a la mojigatería de una escuela de monjas, cuando los asistentes a la bella feria del libro hojeaban la revista Generación y se sorprendían del atrevimiento de números como el de desnudo o la diversidad sexual. Bailamos con algunas mulatas y alguien en estos momentos estará releyendo la revista Generación que logró robarse de alguna fiesta de aquel inicio de milenio.

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