Un ahuehuete para cobijar a los desaparecidos

Gabriela Ocampo Castellanos

Ante las más de 100 mil personas desaparecidas en México, sus familiares exigen un espacio de memoria en un acto de reclamo social, de apremio, de justicia y de verdad, de manera que una de las glorietas más antiguas de la avenida Reforma -la ex glorieta de la palma- se convierta en el memorial de la glorieta de las y los desaparecidos.

Repasando un poco su historia, el Paseo de la Reforma se distingue en su trazo por sus glorietas. En el pasado se llegaron a contabilizar 12 rotondas a lo largo de esta avenida, aunque en la actualidad solamente cuenta con nueve.

La segunda glorieta construida, y que formó parte del proyecto original del arquitecto Louis Bolland en 1865, fue la Glorieta de la Palma, a raíz de la palmera colocada en el centro, endémica de las Islas Canarias y que fue guardiana de ese lugar por más de cien años.

Debido a la afectación de un hongo, el pasado 26 de abril de 2022 tuvo que ser removida, siendo llevada al vivero de Nezahualcóyotl para brindarle tratamiento, ser intervenida por artistas y ser colocada en un nuevo lugar.

Sin embargo, la historia de esta glorieta dio un giro cuando familiares que buscan a sus desaparecidas y desaparecidos decidieron realizar un memorial con la finalidad de tener un espacio público en donde se muestre la dimensión que la tragedia humana de la desaparición que ha causado en nuestro país más de 100 mil personas.

Fotografía: Gabriela Ocampo Castellanos

Este memorial consiste en las fotografías y mantas de hijos e hijas, madres, padres, hermanos, hermanas, amigos, amigas que podrán ser vistas por miles de personas que diario transitan por la avenida Reforma y puedan apoyar la búsqueda de desaparecidas y desaparecidos, teniendo así un espacio para continuar con la exigencia de justicia y verdad.

Mientras tanto el gobierno de la CDMX lanzó una consulta pública con la finalidad de escoger el árbol que sustituiría a la palma en ese espacio “vacío”, que terminó ganando con 77 mil 485 puntos el árbol del ahuehuete.

Y es que este tipo de árbol ha contemplado tragedias históricas como la masacre del templo mayor, en donde fueron acribillados mujeres y hombres mexicas al invadir Hernán Cortés sus tierras, conocida esa tragedia como la del árbol de la noche triste, ya que Cortés lloró su derrota ante este pueblo guerrero. Aunque en la actualidad para reivindicar al mismo, la noche triste no lo es más y la llamamos la noche victoriosa, para mantener en la memoria esa noche de victoria del pueblo mexica guerrero contra su invasor.

Así como este pueblo guerrero los familiares de desaparecidas y desaparecidos, mantienen una búsqueda de noche y de día de victoria, de encuentro con sus seres queridos, en dónde se exige justicia y verdad, hasta encontrarles, porque como bien menciona su consigna de lucha: ¡porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!

Fotografía: Gabriela Ocampo Castellanos

Su fuerza aumenta cuando en muchos casos mantienen ellos mismos esta lucha, ante la indiferencia del estado. Y es que en este caso la situación no fue diferente, ya que la actual jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, al instalar los familiares el memorial de la glorieta de las y los desaparecidos, quitó las mantas y fotos en repetidas ocasiones.

Los familiares no están en contra de la instauración del ahuehuete de hecho lo ocupan también como marco, mencionando que será el vigilante y dará cobijo a tantos que nos hacen falta.

La permisividad de este memorial junto con el ahuehuete como vigilante es de suma importancia ya que la glorieta formaría parte de la ruta de la memoria en donde existen diversos antimonumentos de diferentes luchas sociales, de otros dolores, horrores, tragedias que se han suscitado en nuestro país.

La glorieta reflejaría a través de uno de los árboles más grandes de nuestro país, la posibilidad de poner en un espacio público un memorial del mayor número de desaparecidos en la historia de México, permitiría a los familiares de las y los desaparecidos, crear un acontecimiento visual ante la tragedia que ha roto las raíces de miles de familias, para que su corteza siga creando gritos de búsqueda y esperanza, ante un hecho que no deja de suceder, manteniendo así la memoria y el reclamo social.

Si esta glorieta ha sido la única a lo largo de su historia que nunca ha tenido un monumento, es momento que se genere con este giro social el antimonumento de la glorieta de las y los desaparecidos, el antimonumento del vigilante de tantas personas que nos hacen falta y que exigen que no se retiren las fotografías y mantas de sus seres queridos, ya que como bien dijo una madre que busca a su hija desaparecida “¡no nos vamos a ir!”.

Fotografía: Gabriela Ocampo Castellanos

Gabriela Ocampo Castellanos. Psicóloga solidaria y acompañante de la lucha de los familiares de desaparecidos en México.

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