Un caracol sobre unas nalgas

Caliche Caroma

“Mi caracol se llama Covid. Camina entre las babas, pasa lento, no se quiere ir. ¿Tú lo esperabas?”, así reza uno de los carteles que acompañan la exposición de Mauro Villalón titulada MIRARTEESENCIAL (Mirar Arte es Esencial), el tema, más que una moda, aparece como una necesidad para el autor. La inauguración se llevó a cabo el lunes 21 de septiembre del año de la pandemia, MMXX, en el centro gastrocultural Cactux. Pasadas las siete de la tarde-noche, un grupo de amigos e invitados de honor (cuando los funcionarios se encuentran) se dieron cita en la entrada del lugar para cortar el listón y hacer el tradicional recorrido explicativo de la obra.

Pero lo más importante no es la exposición, en palabras del propio Mauro Villalón, sino la invitación para que la gente regrese a los foros artísticos, el paso a paso para volver a lo que antes era, a saber, la llamada “normalidad”. Para este propósito, Mauro Villalón invitó, y pagó de su propia bolsa, a varios artistas que lo acompañarán durante la semana de actividades en torno a MIRARTEESENCIAL, que comprende del 21 al 26 de septiembre del año que sufrimos juntos.

Mauro Villalón

Los primeros afortunados fueron el trío Africanías, compuesto por el guitarrista y percusionista Jorge Pointelin, en la batería Jesús Loredo, siempre sonriente, y la firme trompeta de Manuel Flores Morán. 21 y 22 de septiembre los días que Africanías llena de melodías afro el patio principal de Cactux, mientras que en las paredes del local ubicado en Héroe de Nacozari #191, centro de Morelia, la obra plástica exige ser vista y criticada. Multidisciplinaria experiencia. La música comienza a sonar alrededor de las siete de la noche, ¡música en vivo! Parece que fue ayer cuando en cualquier lugar, incluso debajo de las piedras, se podían encontrar músicos, teatreros, bailarines, pintores, performanceros, etcétera, haciendo lo suyo, así, in situ. Las cosas cambiaron, y sin embargo, Africanías, y gracias al apoyo de Villalón, regresa a los escenarios, eso sí, con tapabocas y alcohol en gel para seguir los protocolos.

Respecto a la obra de Mauro Villalón, se puede asegurar, sin miedo al éxito, que sigue la escuela del Aduanero, Henri Rousseau, esos trazos ingenuos, pero con corazón; en otras palabras, es un digno representante del movimiento naif, pues él mismo afirma que esto de la “artisteada” es un respiro en el agotador mundo burocrático en donde él se desarrolla desde hace ya varios años.  Funcionario de alto copete, Mauro desarrolla una sensibilidad que es extraña en los servidores públicos, quienes viven inmersos en todo y en nada. Mauro es diferente, aseguran quienes lo conocen, con su obra pretende llamar la atención de la gente sobre varios puntos, el principal es el regreso a los escenarios, ese esperado retorno a las actividades artístico culturales que tanto se añora. Otro de los motivos de su creación es rendir un homenaje a los que han partido, a las víctimas de “este maldito virus” y otras enfermedades, entre ellos el escritor Carlos Serrano, que fue mencionado en la inauguración.

De la obra de Mauro Villalón sobresale el díptico sobre el uso del cubrebocas, en este par de pinturas se muestra a un señor que se pone mal su tapabocas, a modo del famoso “tapapapadas”, e ironizando, Mauro retrata el uso equivocado del condón, que, en lugar de ir en el pene, cubre los testículos. Otro de los cuadros que llama la atención es el que retrata a un caracol transitando, orondo, entre las nalgas de alguien, no se sabe quién, quizá Aión o Cronos (Cf. primer párrafo). Uno de los asistentes a la inauguración, que se dijo “orgulloso nicolaita”, clasificó la obra de Mauro como “ensoñación figurativa”. En la entrada se repartieron tapabocas y gel antibacterial con detalles de la obra, la cereza del pastel.

Rosario Berber, funcionaria de la Fiscalía del Estado de Michoacán, promotora cultural y fundadora de Ala de Colibrí-Sala de Lectura, estuvo en la inauguración y opinó lo siguiente: “Estoy encantada de estar aquí en la exposición de Mauro, creo que es un momento para repensar y para buscar alternativas porque no nos puede tener el tema del Covid aislados para siempre. El arte es el alimento del alma. Con esto de la contingencia, que nos tiene a todos preocupados, hay que pensar en los artistas y en los que consumimos arte, también necesitamos este alimento, por eso estar aquí hoy me parece que es, en sí mismo, un logro”.

A partir del martes 22 de septiembre estará Víctor Hugo Rojas Cid (compartiendo escenario con Africanías), quien hablará de literatura y temas relacionas con las artes escritas y chistes de actualidad. Antonio Ruiz Sánchez, que vivió en Lázaro Cárdenas, pero que ahora radica en Veracruz, se presentará el viernes y el sábado con su trova alterada y un buen ambiente para los clientes de Cactux, trae un repertorio especial, pensado en y para la pandemia. La entrada es libre y la cerveza, fría.

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