Yazmín David, esta voz

Caliche Caroma

Yazmín David funge actualmente como directora de Radio Nicolaita, la frecuencia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), se ha desarrollado como comunicadora en el ámbito artístico y cultural, conductora de radio y televisión, su curiosidad la ha llevado a estudiar posgrados, diplomados y las costumbres de otros países, el viaje es indispensable para ella; además de todo esto, también ha sido funcionaria en la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), cantante de ópera y blues, lectora implacable y amante de los gatos y los perros. Los siguientes párrafos son una aproximación a esta vida, a esta voz.

Nadar las aguas musicales: “Soy moreliana. La música me viene por mi padre, él es músico, cuando yo empecé a entrar en contacto con su guitarra y su voz, me pareció que el camino era ése. Así me integré a un coro, canté obras de compositores universales, experimenté el ambiente con una orquesta sinfónica, ochenta compañeros en el coro, aprendí del sentido de unidad, cada uno éramos importantes ahí. Esto me cambió la manera de vivir. A partir de ese momento, que no fue tan a temprana edad, la música me provocó algo que sólo la natación había provocado en mí, cuando me encuentro con la música de concierto sentí que ése era mi mundo”.

Tiempo de decidir: “Durante varios años estuve cantando en óperas, conciertos, viajé mucho. El ambiente musical, la preparación de las escenas (Carmen de Bizet, por ejemplo), el taller en el Conservatorio de las Rosas, todo esto me llevó a considerar la música como una parte vital en mi existencia. Mi papá quiso, en algún momento, ponerme una maestra de canto, pero yo encontré mis propias salidas, el taller de canto en la Casa de la Cultura, una de ellas. Estuve buscando lugares donde regodearme en la música, hasta que llegó el momento de decidir qué iba a estudiar. Estuve entre entrar al Conservatorio o Comunicación. Elegí esta última, porque pensaba que ya era muy grande para estudiar una carrera de tantos años, había leído que, para llegar a ser una cantante de ópera, mi sueño, los dieciochos años que yo tenía eran un impedimento, además, no contaba con las condiciones económicas para estudiar música”.

La beca y la carrera (atlética): “Desde la preparatoria estaba en la Universidad Vasco de Quiroga (UVAQ), siempre estuve becada, era una prepa cara, mi beca era de aprovechamiento. Al momento de decidir sobre los estudios profesionales, la Vasco me ofreció la beca del noventa por ciento durante toda la carrera. Sin embargo, seguí cantando y estudiando música. Salía de la universidad y corría al coro, aunque sólo llegará a la última media hora”.

La llegada a los medios: “A los 20 años de edad, el Sistema Michoacano de Radio y Televisión (SMRTv) solicitó a la UVAQ dos estudiantes con ciertas aptitudes para un interinato, la maestra de géneros periodísticos, que también era la directora, me escogió a mí y a una compañera. La otra estudiante sólo duró el primer día, yo estuve a prueba durante tres meses. Mis primeras fuentes fueron la educativa, cubría la UMSNH, sindicatos y el ayuntamiento de Morelia. El SMRTv me aceptó en su equipo y el interinato se convirtió en una plaza”.

El giro: “Me di cuenta de que ésta no era mi vocación, yo quería escribir y hacer cosas sobre cultura. Fue una lucha de un par de años, quería encargarme del bloque cultural en los noticiarios. El director de ese momento confió en mí. A fuerza de muchos años de la cobertura diaria de la fuente cultura, llegó un momento en que me cansé, quería otro aliento en mi esfuerzo cotidiano. Preparé una propuesta para un programa de televisión, con voces de especialistas, investigadores, que fuera crítico y en donde los artistas tuvieran un foro”.

La influencia hertziana: “La radio me llega a través de Miguel Enríquez, músico de blues y rock, lo conocí en los pasillos del SMRTv. Yo viajaba mucho, es algo que desde chica he hecho, cuando regresaba de estos viajes, Miguel Enríquez me invitaba para que hablara de esos viajes en su programa de radio. Recuerdo que regresé de Venezuela, aunque el suyo era un programa de rock, me dio la oportunidad de compartir otras miradas, era otro tiempo, muy distinto al de la televisión, la radio me atrapó. Entendí lo que quería yo desde el inicio en esto del periodismo. Con esta experiencia me enamoré muchísimo del micrófono, había llegado la oportunidad de compartir mis inquietudes”.

Las cosas se acomodan: “Hubo movimientos en la dirección del SMRTv. Entonces el proyecto que un principio era de tv, cambió a radio, pedí el espacio que tenían Ligia Mazariegos y Claudia Álvarez Medrano. Esta última me dijo que sí, que yo era la persona idónea para llevarlo, y ahí comenzó una historia de trece años ininterrumpidos en la radio, Voces y Reflejos”.

La radio, la función, la televisión: “Luego perdí permiso en el SMRTv, mi vida y mi formación han sido en el Sistema, en estos programas. Sin embargo, he tenido intermitencias para darme la oportunidad de estar en la administración pública y desde ahí poder entender mejor las políticas culturales, la comunicación social desde otra perspectiva. Entré a la Secum, en el Departamento de Difusión. Cuando regresé a casa, quería hacer algo nuevo, porque soy de la idea de no regresar a lo mismo, algo tiene que transformarse, aportar nuevas cosas. Había otra directora en eso momento, se mostró muy empática, presenté ese proyecto de tv que tenía años antes, ella me dijo ‘adelante’. Yo pertenecía a tv, pero había estado en radio por las circunstancias que ya platiqué. Así empezó Acentos Michoacanos, el nombre inicial era Ventana a la Cultura, pero para hacerlo más integral, y por sugerencias de terceros se cambió. Un programa dinámico que se transmitió en Canadá y Estados Unidos”.

Entrevistar como pensar: “Algunas entrevistas medulares que cambiaron mi existencia, van desde los artesanos en Santa Clara del Cobre, en donde conocí su vida cotidiana, entré en sus casas, sus talleres y sus problemáticas, hasta la que le realicé a Felipe Ehrenberg. Ha sido muy bonita la experiencia de la entrevista. No sentirte nunca cómoda, siempre bajo un reto, es la idea. Es un género muy especializado, un modelo dialógico; eso que el entrevistado tiene como vida y quehacer artístico a lo que entiende una entrevistadora. Es la posibilidad de poder transformarme en el sentido de cómo puedo seguir ejerciendo mi quehacer profesional. Y que la audiencia recoja algo de lo que está oyendo, no es acercarme nada más a su estilo de vida o lo que hizo el artista, sino despertar la curiosidad en quien te escucha”.

Ahora me gusta: “Algo peculiar que me sucedió cuando regresé a la radio: Quería en la semana abarcar las distintas venas de lo artístico, por eso planteé los lunes como un día que estaría dedicado a la voz humana, a la ópera, este instrumento tan bello y tan frágil, todo lo que provocamos con la voz. Porque la radio me ha representado este exponerte con tus carencias y virtudes, a nadie estoy engañando, ésta soy yo, en el ejercicio, y si estudio, leo y me preparo, y también si fallo, la gente se da cuenta. Me gusta la transparencia de la radio, no hay manera de esconderte. La radio representa un acto comunitario. Cuando puse ópera los lunes, después de unos meses llamaban y me decía que antes les daba flojera este género, pero a partir de que la traté desde las pasiones humanas a los radioescuchas les gustó y lo escuchaban atentos”.

El programa y la invitación: “Y así los viernes ponía música caribeña, tenemos otra raíz; en medio un astrónomo que hablaba de cine, una historiadora de arte que trataba la esclavitud y que también disertaba sobre la cocina. Me interesó crear un espacio plural. Cada observación de los radioescuchas, a favor o en contra, a mí me ayudaban a entender lo diversos que somos. Siempre bajo las premisas de un medio público, en esto he sido irreductible, me invitaron a medios privados, nunca me interesó. Por eso ha sido mi permanencia y necesidad a esta invitación que me hicieron a la radio universitaria”.

Viajes y experiencias estéticas: “Los viajes me enseñaron, junto con la comunicación, a ir moviendo mis propios juicios y prejuicios. Cuando yo pensaba que lo máximo era estudiar bel canto, los viajes me ayudaron a decir ‘no necesariamente’. Tiene el mismo valor un músico tradicional, un canto campesino. Esas experiencias han ido cambiándome. Algo que me encanta es la posibilidad de moverme, moverme en el campo en el que estoy. Uno va adquiriendo gustos, hábitos, lo estético tiene que ver con esto. Uno mismo va moviéndose. Eso que me llevó a decidir que la música de concierto era lo mío, también me dirigió al blues, a querer cantar este género, y así mismo el zapatear, bailar salsa. Podemos tener formaciones distintas, pero somos humanos ante las mismas miserias y posibilidades. Esta parte que me ha dado el viaje, la experiencia estética, desde aquí ha ido cambiando, me reconstruyo, el cambio bajo una vocación desde hace casi 24 años en los medios de comunicación, la de tentar, seducir a la gente y que ellos mismos hagan eso conmigo, que me seduzcan. Esta es la satisfacción que me ha dado estar en los medios públicos”.

La dirección de Radio Nicolaita: “En esta encomienda de la radio universitaria, a los que me han dicho que yo no soy de la UMSNH, les digo que estuve dos años en la Escuela Popular de Bellas Artes, hoy Facultad. Pude conocer más del proceso coral en esta etapa. Fue aquí donde Eduardo Montes, un gran maestro, me provocó a estudiar Historia del Arte, la maestría. Mi vida profesional, la comunicación, mis obligaciones económicas, etc., me llevaron a decidir que yo ya tenía una carrera en la comunicación, ahí tenía que seguir manteniéndome. Hice un diplomado en la Facultad de Filosofía para estudiar políticas públicas culturales, salió un ensayo que se publicó. He estado muy cerca de la universidad michoacana. Al paso de los años retomo la misma idea de cuando comencé como reportera, a saber, que hay demasiado que decir de la UMSNH, no sólo la nota del rector. Mi visión ha sido esta, que tengan voz los personajes que han construido la historia de este estado y de la universidad. Vinculando mi formación con el trabajo comunitario, público, universitario”.

Amiga de Orfeo: “Jamás he dejado la música, desde los dieciséis años hasta ahora, tengo cuarenta y tres años. A raíz de la experiencia con Fernando Ortiz en el cabaret teatro, decidí que quería tomarlo más en serio. Estaba de viaje en Uruguay cuando me escribió Juan Carlos Cortés para invitarme a cantar, él organizó un concierto de mujeres en el blues, porque eran sólo nombres de hombres los que estaban en el blues. A mí me honra mucho esta invitación, yo había visto el desarrollo de Juan Carlos desde el León de Mecenas, su tenacidad y su talento a mí me parecen admirables; le dije que sí, no sé si merezco la invitación porque no me dedico de tiempo completo a esto, lo que le contesté. Fue una experiencia maravillosa. Ante la vida compleja de la radio, con la música pude descansar, significó una fuga para mí. Hoy sigo tocando con Juan Carlos y un grupo de talentosos músicos. Me siento enormemente privilegiada, todos estos años enamorada y poniendo la música en cada uno de mis pasos, hoy me retribuyen. Estoy inmensamente conmovida al estar en este proyecto llamado La Gatucada. No se me olvida que mi primer concierto como solista fue en el Centro Cultural de la UNAM, se lo debo a Flavio Meneses, me acompañaron Charlie Blues, Lalo Torres, David Blink y Luis Wence”.  

Miau: “Fui amante de los perros, hasta que se apareció el Bigos, un siamés hermoso. Flavio Meneses me preguntaba que cómo era posible que no tuviera gatos, él decía que yo era de espíritu felino. Cuando conviví con este gato, porque llegó inesperadamente y lo acogí, en tres días me cambió la vida, después adopté otros dos. Hoy siento un amor tan especial por ellos, se han convertido en esta libertad que soy, ternura, independencia, seducción. Me gusta todo el tiempo sentirme seducida por mi trabajo, mi pareja, mis amigos, por todo lo que hago. Cuando les propuse a mis compañeros del ensamble el nombre de La Gatucada a ellos les encantó la idea. Este nombre reúne mis dos grandes amores, la música y los gatos. La vida me ha dado tanto que sigo siendo inmensamente feliz”.

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