Materia oscura: Harrison Bergeron

Kurt  Vonnegut Era el año 2081, y todos eran por fin iguales. No sólo eran iguales ante Dios y la ley. Eran iguales en todo sentido posible. Nadie era más listo que nadie. Nadie era más guapo que nadie. Nadie era más fuerte o más rápido que cualquier otra persona. Toda esta igualdad se debió a las enmiendas 211ª, 212ª y 213ª a la  Constitución,  y a la incesante vigilancia de los agentes del Discapacitador General de los Estados Unidos. Algunas cosas sobre la vida todavía no estaban del todo bien, sin embargo. Abril, por ejemplo, todavía sacaba de quicios a …