Materia oscura: Perfecto Luna

Elena Garro Tal vez serían las once y media de la noche, cuando Perfecto Luna pasó las últimas casas del pueblo. A esa hora ya todos dormían, y nadie notó su paso. Gracias a Dios había sido muy simple: levantar las trancas del almacén, husmear por la rendija y salir a la calle oscura. «Con tal que no roben, y que luego digan: miren al cabrón de Perfecto, se pasó a robar todo lo que halló en la tienda». Pero ¿qué otra cosa podía haber hecho? ¡No quería entregar su…