Adiós a Roy

Raúl López Téllez

Con la piel encima de Roy Batty sobre la suya, el actor Rutger Hauer no es otro que el replicante que muere en la azotea de aquel edificio deshaciéndose en un Los Ángeles apocalíptico.

Dice El País que con la despedida del personaje en aquel agónico escenario de un planeta condenado a la hecatombe, el monólogo final de Rutger Hauer “ha pasado a la literatura de ciencia ficción como un testamento poético”.

“He visto cosas que ni los humanos creerían. Naves de ataque incendiándose cerca del hombro de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tanhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”, es el testimonio del nexus 6 más avanzado en su momento, habilitado para operar incluso con recuerdos pero marcado por un plazo fatal para extinguirse.

Roy Batty encabeza un grupo de replicantes rebeldes que en un último intento por superar los seis años de vida que les concede el científico Tyrrell, regresan a la Tierra tras amotinarse y buscar al presidente de la corporación, quien no les ofrece ninguna salida lo único que está previsto es que se desechen tras una ruta prevista solo como conquistadores de nuevas colonias en el espacio.

Blade Runner (Estados Unidos, 1982), la cinta maestra de Ridley Scott, logró que Hauer encontrase el personaje que lo acompañaría o lo definiría en el traslado al cine de la obra de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, premonitoria por demás de un planeta cayéndose por los cambios climáticos y sometido a lluvias ácidas constantes y la perenne masa de desheredados al lado de la opulencia tecnológica al servicio del poder.

Hauer murió viernes 19 de julio. Queda la imagen de aquel personaje que cierra los ojos bajo la lluvia y suelta al vuelo una paloma.

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