Agatha Raisin y la jardinera asesinada

Horacio Cano Camacho

Confieso que las novelas de la autora escocesa M.C. Beaton me encantan. Hasta ahora su saga de Agatha Raisin lleva tres libros traducidos al español y este de hoy es el tercero, precisamente (en este bufete negro ya hemos reseñado sus dos entregas anteriores: Agatha Raisin y la quiche letal y Agatha Raisin y el veterinario cruel). Este salió la semana pasada, yo lo compré, interrumpí cualquier lectura y lo devoré. Debemos decir que es un platillo muy ligero y sabroso, así que les cuento.

Marion Chesney Gibbons es el nombre de la escritora detrás de esta saga. Murió en 2019. Se especializó en novelas de corte romántico hasta que, bajo el pseudónimo de M.C. Beaton comenzó a incursionar en la novela policíaca. Creó un personaje, Agatha Raisin, una ejecutiva, dueña de una compañía de relaciones públicas de Londres que pasando sus 50 años decide vender la empresa y comprarse una casita en el pintoresco pueblo de Carsley, en los Cotswolds, región rural de colinas e historia romana en el Reino Unido, cercana a Oxford.

M.C. Beaton

Beaton es sin duda una magnifica representante de lo que se ha dado en llamar (por esa pasión de muchos “críticos” y comerciantes por las etiquetas) el cozy crime, algo así como un estilo “amable” de novelas policiacas de crímenes sin sangre, por oposición a otros subgéneros que excavan en lo sórdido, incluso gore, del lado oscuro de la sociedad, como el true crime, que tiene el añadido de que trata casos reales. El cozy crime se centra más en el proceso de investigación, el misterio, pero presentando personajes sencillos, aficionados, amas de casa, jubilados(as) o personas que circunstancialmente se ven implicados en una historia con delito cometido y deciden investigar.

Pero contra lo que muchos creen, no es para nada un subgénero nuevo, sí lo es la etiqueta. Agatha Christie, la reina del policíaco clásico, a quien nuestra autora de hoy indudablemente rinde homenaje, creó allá por 1927 a Miss Marple, protagonista de 13 novelas muy exitosas. Miss Marple es una anciana solterona que desde su pequeño pueblo  ayuda a Scotland Yard a descubrir muchos casos. El estilo también fue cultivado por el novelista inglés G.K. Chesterton y su personaje el Padre Brown, un cura católico de un pequeño pueblo con dotes intuitivas que le permiten resolver muchos casos. Este personaje  inició su publicación en 1910.

Al igual que sus ilustres antecesores, Agatha Raisin también aplica un método de razonamiento muy inductivo, por el contrario de Sherlock Holmes, de A.C. Doyle, un excelente representante del método hipotético deductivo en la novela policíaca. Agatha Raisin siempre está metida en problemas, derivados todos de su carácter competitivo y de un cierto sentido de superioridad urbanita frente a los pueblerinos. Pero, a pesar de eso, resulta buena gente, pero tramposa, chismosa y voluntariosa. Todo eso le ayuda en la resolución de los casos que le toca resolver.

Porque los casos llaman a su puerta. Esa también es una diferencia con otros subgéneros de la novela policíaca y más de la novela negra. Hay cierta ingenuidad en cómo se involucra en los crímenes y en como le toca constantemente estar metida en problemas. Si flexibilizamos nuestra credulidad, nos vamos a divertir y vamos a aligerar una tarde llena de noticias oscuras de la realidad “verdadera”.

En esta ocasión, nuestra protagonista regresa a Carsley de una largas vacaciones, dispuesta a alejarse de problemas y ser una mejor vecina. Tal propósito se ve frustrado rápidamente al enterarse, por voz de la señora Bloxby, esposa de vicario, de que tienen una nueva habitante, Mary Fortune, una hermosa y cosmopolita divorciada recién afincada en Carsley y quien abiertamente le compite por la atención de los pueblerinos, en particular del hombre de todas sus fantasías, su vecino, el soltero James Lacy.

Mary Fortune no solo es guapa, resulta una anfitriona excepcional y una excelente jardinera. El pueblo se está preparando para el “día de puertas abiertas” en que mostrarán a los habitantes de los alrededores sus dotes de paisajistas en un concurso de horticultura y jardinería. Agatha siente de inmediato el gusanillo de la competitividad y decide, una vez más, hacer chanchuyo y disfrazar un jardín realizado por expertos traídos clandestinamente de Londres, y presentarla como su obra personal.

Pero algo sucede en el pueblo, un misterioso truhan sabotea los jardines de los más avezados botánicos del pueblo, excepto de la Sra. Fortune, quien luego aparece muerta, “plantada” en su propio invernadero. Agatha Raisin se ve de nuevo impulsada a investigar…

Las historias de M.C. Beaton son divertidas, entretenidas y muy ingeniosas. Es evidente su experiencia en la novela rosa para componer personajes entrañables, vínculos inesperados, y tramas emotivas, pero lo hace de una manera muy inteligente. Agatha Raisin es una chapucera, medio clasista, a pesar de su origen humilde, pero su malicia y su excentricidad resultan deliciosas. Como ya lo comenté, una buena manera de desintoxicarnos un rato. Si usted quiere comenzar a incursionar en la novela policíaca para luego dar el salto a la novela negra, este es un buen inicio y al parecer la editorial Salamandra ya tiene los derechos de toda la serie. Si usted ya está atrapado por el género, no se ponga “crítico”, simplemente pasará un fin de semana divertido. Me voy enterando que ya hay disponible una serie de televisión de la saga en Prime. Anímese ahora.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.

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