Bajo el hermetismo, el Conservatorio de las Rosas se deshace de propiedades

Raúl López Téllez

Bajo el hermetismo se mantiene, por parte de directivos y trabajadores del Conservatorio de las Rosas, la venta de inmuebles propiedad de la institución musical, estrategia para enfrentar el déficit financiero en la misma.

De acuerdo a versiones extraoficiales, la Rectoría que encabeza Raúl Olmos ha vendido ya un terreno en las inmediaciones del Conservatorio y la casona que se ubica frente a la institución, en la esquina del Jardín de las Rosas donde antes operara un café concesionado a uno de los integrantes de su Junta de Gobierno, Francisco Bernal Macouzet, y presuntamente vendido a través de intermediarios al artista uruapense Javier Marín.

El inmueble en cuestión fue cedido en comodato al Conservatorio por el general Lázaro Cárdenas del Río a la institución, originalmente, carácter bajo el cual no sería posible una transacción de compra-venta.

Entrevistado para el-artefacto, el escultor niega la especie de ser el comprador del inmueble, donde el pasado 28 de octubre se inauguró un espacio, Casa Spina, para venta de artesanías y textiles, “temporalmente”, afirma el creador, quien pese a que a la entrada de la exposición se ostenta un mensaje de la Fundación Javier Marín -por él representada-, descarta que la figura tenga que ver con ello.

-¿Cuál es el carácter con el que se adquirió este inmueble?

“No me voy a meter con eso, no creo que tenga ningún interés”, respondió mientras fruncía el ceño ante la pregunta.

-¿Por qué, maestro?

“Me gustaría hablar más bien de qué vamos a hacer aquí y todo eso prefiero…”

-Hay una versión de que es el patrimonio del Conservatorio el que se está vendiendo…-, se le insiste.

“No tengo idea y en ese sentido no voy a contestar ninguna pregunta. Si quiere preguntarme de qué pienso del proyecto cultural, encantado de la vida, que es para lo que estamos aquí…”

-Respecto a la Fundación Marín, ¿tiene una injerencia directamente en este proyecto?

“Con este proyecto de Casa Spina, es una tienda, no, es una exposición, una galería de diseño que surge nada más en el tiempo del Festival (Internacional de Cine de Morelia), y tiene como objetivo difundir el proyecto de la Fábrica de San Pedro, en Uruapan, de la Fundación Javier Marín, que está trabajando en el proyecto para convertirlo en un centro culturalmente, idealmente incluirla como un circuito cultural Morelia-Pátzcuaro-Uruapan, que hace mucha falta y detonaría mucho bienestar para muchos… Estamos montando esta exposición para difundir el proyecto de la Fábrica San Pedro que habla de diseño, por eso montamos este espacio, algo que hace otra fundación, un proyecto similar que trabaja con artesanos de todo el país, entonces, hablar un poquito de eso, de diseño, de arte popular, de responsabilidad social, es eso, solamente los días del Festival, entonces es eso…”

-¿Y después qué pasa con el inmueble, maestro?

“Eso no lo sé”.

-¿No es bajo un patronato, una fundación específica?

“No sé todo eso, yo tengo estos días dedicado a este proyecto”.

Raúl Olmos, rector del Conservatorio, fue buscado varias veces vía telefónica y nunca respondió. Finalmente sólo mandó un mensaje asegurando que se encontraba en una reunión y no podía contestar.

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Un comentario sobre «Bajo el hermetismo, el Conservatorio de las Rosas se deshace de propiedades»

  1. Margarita Alcalá

    No veo ningún problema, siempre y cuando sea destinado el inmueble a un fin artístico/cultural y no termine convertido en un antro mas de los que pueblan el Centro Histórico. Lo importante es transparentar la transacción y evitar la opacidad. Adelante con los proyectos del artista Javier Marín y promover la vasta riqueza cultura l del Estado de Michoacán.

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