Capusotto, entre el humor y el rock

Caliche Caroma

En 2007 murió Juan Reynoso, El Paganini de Tierra Caliente, fue un año electoral en México, Nicolas Sarközy ganó las elecciones en Francia, apareció el iPhone y Mauricio Macri llegó al poder en la Argentina. Y a propósito del Sur, en ese mismo año conocí a Peter Capusotto y sus videos, cuando el programa pasó de Rock & Pop TV a Televisión Pública de Argentina. No tengo claro cómo llegué a ese video en Youtube en donde un tipo cincuentón, pelo largo y canoso, hablaba de filosofía, fútbol, Pink Floyd y el faso (marihuana), pero lo disfruté mucho, tanto que me hice adicto a esta droga llamada risa (y rock).

¿De qué demonios estoy hablando? Vamos por partes, dijo el descuartizado. Capusotto presenta a una de sus creaciones, el predicador Yaco Pastorius: “Las necesidades del hombre son distintas. Muchas veces esas necesidades se expresan a través de la fe. Y así como hay gente que le pide a San Cayetano por trabajo, hay otras que le piden, por ejemplo, conocer a Catherine Fulop o conseguir un televisor de trescientas treinta y ocho pulgadas. Está comprobado que la Virgen sólo puede conseguir un televisor de veintiocho pulgadas de origen chino y sin garantía. Hablamos del rock, hablamos de la fe. Hablamos de estas dos cosas juntas, no antagónicas, hablamos de este hombre que puede juntar la fe y el rock”. Y Pastorius asegura que “Él es Dios y tú una caca, no pretendas que se fije en ti”.

Diego Capusotto (21 de septiembre de 1961) es un cómico argentino, actor y amante del rock, melómano con un ácido sentido del humor. Pedro Saborido (primero de marzo de 1964) es el director, productor, la mente genial detrás del genio. Juntos, Diego y Pedro, convirtieron en mierda (oro) todo lo que tocaron: los programas de tv, libros, radio, películas (quizá no tan buenas) y los mejores supositorios que he probado. Gracias a mi amigo José Barrionuevo, un simpático argentino que vivió, sirvió tragos y estudió su maestría en Morelia, Michoacán, supe que Diego Capusotto fue (todo “fue” es pasado) parte de un programa de comedia llamado Cha cha cha, actuó desaforadamente al lado de otros grandes como Fabio Alberti, Alfredo Casero, Mex Urtizberea, et al.  

Cha Cha Cha se burlaba de todo (¿por qué no), sin cortapisas, como lo haría años después Diego y Pedro en Peter Capusotto, creado en 1993, el título salió de un tema de Mozart que Boris Vian hizo suyo. Cha cha cha fue un programa de larga duración con desquiciadas secciones, la locura desatada en grandes dosis de improvisación. Verbigracia hilarante: Batman argentino y sus pares sudamericanos discutiendo sobre los inconvenientes de vivir en el tercer mundo, Boluda Total y los prácticos consejos para esas mujeres que se desprecian a sí mismas, el padre Peperino Pómoro con sus peroratas incomprensibles y sacrílegas, sus sketches le rompían las bolas a más de uno: “Querido televidente ¿cómo estáis? ¿cómo os sentáis hoy? En esta nonosesb… que celebramos, la ruborización del mártir Peperino Pómoro en las playas de Anamá. Ya en la primera carta a los Marecos, el mártir Peperino nos dice: Yo soy Peperino, mártir muy fino, yo soy aquél que desayuna con copa de langostinos».

Pero Diego Capusotto decidió probar suerte por su propia cuenta (¡mesero!), y Pedro Saborido estaba allí, para secundarlo en la destrucción de lo que pudiera ser destruido, el abominable emprendimiento cómico que cesó en 2016, aunque siguen las reproducciones en las plataformas de la internet. Peter Capusotto les dio, a ambos, el reconocimiento internacional que tienen ahora, y que quizá les importa un cacahuate, o quizás no, rockstars de las risas, más famosos que Jesucristo y The Beatles, comen murciélagos con pasta italiana. Los personajes legendarios que crearon Diego y Pedro son variopintos, heterodoxos y corrosivos: Violencia Rivas, Micky Vainilla, Juan Carlos Pelotudo, Bob Nervio, Dandy Villanueva, Latino Solanas, El Emo, Ramita, Luis Almirante Brown, Bombita Rodríguez y un montón de estereotipos de la música, la literatura, la política y el mundo intelectual. Lo ridículo que somos queda expuesto en este programa que pasa buenos videos de rock.

Personajes que molestan, estereotipos que incomodan, temas espinosos, carcajadas y sinsentido. De entre estos personajes, Micky Vainilla es de los más conocidos, un polémico ario, neonazi incomprendido que compone y canta temas de pop que, según él, no le hacen daño a nadie: “He vuelto a pasear por mi barrio / Recuerdos de una infancia pura / Pero mi barrio ya no es el mismo / Ahora hay gente de piel oscura /Quiero al barrio como era antes / Saquen a los inmigrantes / Que crezcan plantas y pinos / No morochos de países vecinos”.  

He olvidado el año en el que José Barrionuevo me trajo desde la Argentina el libro de Peter Capusotto y sus videos. En esta joya de la literatura universal, los autores se mofan con sorna de esos ilusos que quieren formar una banda de rock, de los conciertos, de los fans, de las canciones y de otras maravillas del mundo musical donde las chamarras de cuero y los pantalones de mezclilla rotos son ley. Creo que fue en 2010 cuando los Cabezas de Cera vinieron a Morelia para un concierto de aniversario de la Facultad de Filosofía Samuel Ramos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, comimos en la casa mía y les presumí el libro de Capusotto y Saborido, leí algunos fragmentos mientras masticábamos el jamón asado y la ensalada de papa. Les gustó mucho, el libro, la comida no, y Edgar Arrellín me lo pidió prestado. Luego Edgar me contó que se lo prestó a Fausto Arrellín, su rupestre carnal. El libro sigue en la CDMX, provocando risas o la ira de sus lectores, continúa en su hilarante periplo, quién sabe dónde.

Para cerrar esta invitación a la perdición capusottiana, un poco del programa de radio que estos dos cuerdos lanzaron a los oídos circundantes el 14 de mayo de 2009 y que sólo duró un poco menos de un año, una sola temporada, ondas sonoras precoces. Lucy en el cielo con capusottos es la producción radiofónica de Diego y Pedro en complicidad de Jorge «Tata» Arias, Marcelo Iconomidis y Sebastián Martínez Toro. Al igual que en la televisión, acá se escucharán excelentes temas de rock (King Crimson y compañía), antipublicidad y cápsulas esquizofrénicas para reírse mientras el mundo explota por el exceso de gente lista (los tontos somos más). En la primera entrega escucharán, en sus sesenta minutos de rock e imbecilidades, a: Tito Nito de Vito enseña a escribir letras onda los Redondos; Borges y la cumbia del Bombón Asesino; Enano viejita puteador; Noticias e información varia; Tilda; El abuelo Mierda y música de Steppenwolf, The Soft Machine, Kim Fowley, Jim Ford, entre otros. Lucy en el cielo con capusottos: ese queso fresco que acompaña el solo de bataca de tus días.

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