Cicatriz

Gerardo Pérez Escutia

Simón es un hombre de 1.90 metros de estatura y más de 100 kilos de peso, es un ingeniero informático norteamericano, que cumple a cabalidad con los clichés de nerd y friki de la tecnología. Tiene junto con Tom (su socio y tal vez único amigo) una startup en la que están desarrollando a “Lisa”, un algoritmo que según sus expectativas va a revolucionar la industria del internet y las redes sociales; Tom es todo lo contrario de Simón, es pequeño, pelirrojo, inagotable “dueño de un encanto superficial innato”, ambos están a punto de presentarle a Zachary Meyers (dueño y fundador de Infinity, una especie de Steve Jobs sin encanto), su creación, el algoritmo que en sus expectativas revolucionará la industria cibernética, los sacará de pobres y cumplirán su sueño húmedo de ser los nuevos superstars del ciberespacio.

Ambos están aterrorizados, Meyers es un tiburón gigante de la industria, famoso por sus desplantes y por otorgar únicamente tres minutos de su tiempo para la presentación de proyectos que le puedan interesar, y aunque Simón es un genio de la tecnología, sus nulas dotes de comunicación lo tienen paralizado, Tom trata por todos los medios de calmar a Simón y convertir esos tres minutos en su momento de gloria.

Arthur es el hermano mayor de Simón, tiene síndrome de Down y depende totalmente de él, Simón es su mundo (madre, padre, y sostén), ambos comparten un oscuro secreto de su pasado.

Juan Gómez-Jurado

Simón se siente muy solo, se puede decir que nunca ha tenido pareja y decide recurrir al reducto de los solitarios y los desesperados, entra en la página Russianwives.com y ayudado por “Lisa” busca a su “mujer ideal”, el motor de búsqueda le arroja cinco resultados, descarta cuatro y queda una hermosa mujer rusa de piel blanquísima y cabello rojo, con una mirada intensa, que como característica adicional tiene en su mejilla izquierda una línea que corre debajo de su ojo, una cicatriz que le aporta cierta energía, y un aspecto inquietante.

Irina E. es una joven ucraniana de 24 años, oriunda de una pequeña granja al pie de los Carpatos, como muchas mujeres eslavas, ha sido víctima de la brutalidad de las redes de trata de blancas, además guarda secretos inconfesables y vive con un perpetuo fuego en su interior… su búsqueda de venganza.

Con estos personajes principales, Juan Gómez Jurado (Madrid, 1977) construye esta estupenda novela: Cicatriz (Penguin Random House, 2015), el autor no necesita mucha presentación, ya hemos reseñado en Bufete negro su trilogía superventas de la detective Antonia Scott, basta decir que hoy por hoy es el autor más leído en España y que pronto veremos en Streaming una serie basada en sus libros; Cicatriz es una de sus primeras novelas (anterior a la famosa trilogía), quizá la más íntima, si se puede decir así, y la menos pretenciosa (sin que haya connotaciones negativas en el término), en ella ya vemos su maestría para el manejo de personajes y situaciones, además de su capacidad para tocar temas de actualidad (que nos atañen a todos de una u otra manera), y su habilidad para tenernos pegados al libro como en vilo con una historia adictiva y muy bien contada.

La novela avanza a trompicones y en momentos sentimos que las situaciones que plantea son inconexas, lo que aviva nuestra curiosidad, así nos narra un terrible pasaje de la intervención Soviética en Afganistán (pasaje tomado de la vida real por cierto), donde nos describe las terribles condiciones que se afrontaron en esa peculiar guerra (20 años antes de que Estados Unidos interviniera también ahí), el autor nos cuenta, con inquietante cercanía y prolijidad de detalles, la masacre de un comando especial de la URSS, por un grupo de muyahidines afganos, y de dónde surge otro personaje crucial para esta historia: el Afgano.

De este modo la novela corre en dos ejes: Irina en Europa y Simón en Norteamérica; historias que como lectores intuimos confluirán y formarán el verdadero núcleo de la narración, donde poco a poco veremos la revelación del misterio que se oculta bajo la enigmática personalidad de Irina y sus motivaciones para desear viajar a Estados Unidos, concretamente a Chicago donde vive Simón, quién por su parte nos hace sufrir en carne propia las dificultades que junto a su amigo Tom van enfrentando para intentar lograr el financiamiento para su proyecto.

Gómez Jurado nos introduce a los vericuetos de los algoritmos y su creciente influencia en todos los aspectos de la vida, así como la descarnada lucha entre los actores para hacerse con el mercado cibernético, y en medio de todo, la miseria existencial de Simón, aferrado a la patética esperanza de lograr una vida en pareja con Irina, sin sospechar que esto le llevará a situaciones extremas y a conocer personajes siniestros que lo pondrán al borde de la locura.

El rompecabezas irá tomando forma y sentido a fin de cuentas, dentro de una narración que nos llevará desde las heladas estepas rusas hasta los barrios de Chicago controlados por la vory-v-zakone (la mafia rusa), así como la estrujante historia del Afgano y su papel crucial en la vida de Irina.

Como una bola de nieve la narración crece en fuerza e intensidad y el autor logra un cierre sorprendente, mostrándonos con creces las herramientas narrativas que a la postre lo han colocado como el gran favorito de la novela negra española.

Cicatriz, es una novela muy recomendable para olvidarnos un poco de estos tiempos pandémicos, que se resisten en abandonarnos.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.

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