El club de Toby de los festivales de música

Eduardo A. Chávez

Si la medida fuera la cantidad de invitadas que hubo a participar como artistas en el Jazztival Michoacán 2019, todo indicaría que las mujeres no tienen talento. O en su defecto que los festivales de música siguen siendo un club de Toby, lo cual, a juicio de la saxofonista Alma Rodríguez, lamentablemente es normal.

Durante 4 días del festival organizado principalmente por el saxofonista Juan Alzate, cuya sede principal fue la Casa de la Cultura de Morelia, diversos artistas locales, nacionales e internacionales (Alemania, Eslovaquia, Estados Unidos y Venezuela) se dieron cita para compartir su trabajo con el público moreliano a través de concursos, masterclasses y conciertos. Sin embargo, sólo pudimos observar a una mujer, Nisai Velázquez, saxofonista michoacana de 14 años integrante del Ensamble Infantil Jazztet.

Haciendo el recuento de los hechos, el-artefacto se puso en contacto con Alma Rodríguez, primera saxofonista graduada de la Facultad de Música de la UNAM en 2009 y Maestra en Interpretación Musical, para que nos compartiera sus percepciones sobre la presencia de las mujeres en el ámbito musical.

Interrogada sobre la existencia de mujeres saxofonistas, cuenta que, contrario a lo que muchos piensan, sí ha habido referentes: “Elise Hall, por ejemplo, saxofonista norteamericana que impulsó muchísimo el saxofón clásico. Fue un personaje crucial de los siglos XIX y XX que invirtió bastante en el desarrollo de este género. Sí hay mujeres saxofonistas en la historia”.

No obstante, en su experiencia hay muchas limitantes culturales en México, entre ellas una educación musical diferenciada por géneros, donde a las niñas que expresan una intención de acercarse a un instrumento se les permite tocar la flauta y el clarín, pero cuando quieren tocar la trompeta, el trombón o el saxofón, se les dice que ésos son instrumentos para niños. Ésta es una visión que en su opinión aún está muy arraigada en lugares que le ha tocado visitar, como Oaxaca, donde afortunadamente ha habido esfuerzos por integrar bandas completas de niñas para que no tengan que optar por un instrumento u otro.

El cambio progresivo lo va viendo también en el hecho de que cada vez hay más estudiantes en las escuelas y las academias de música y, aunque hay quienes podrían pensar que los tiempos de las primeras veces quedaron atrás, en 2018 se graduó del Conservatorio Nacional la primera saxofonista de su historia. “Hay muchas estudiantes del instrumento jóvenes, muchas. Ya que se dediquen, no tantas. Se van filtrando. Por ejemplo en el jazz, las chicas siempre se inclinan por elegir la voz, sí hay mujeres destacadas, pero casi siempre están en la voz, como Iraida Noriega. Es más difícil encontrar instrumentistas”.

Con respecto a su experiencia en festivales, reconoce que lo más normal es que no haya presencia femenina: “Algunas veces me invitan a dar alguna clase o a tocar en alguno de estos festivales, pero casi siempre me encuentro con que soy la única mujer. Lo normal es que me toque trabajar con puros varones”.

Alma Rodríguez dice no haber viajado a Morelia hace mucho tiempo: “Alguna vez tomé unos cursos allá, tuve mucho contacto con Juan Alzate, pero debido a la carga de trabajo de ambos perdimos comunicación. Alguna vez me invitó a ser jurado en un concurso de apoyo al arte local, pero nunca he ido a tocar”.

Frente a las múltiples limitaciones que existen para las mujeres, Alma Rodríguez concluye: “Aunque una haga su trabajo, luego no todo depende del trabajo de una”. Sin embargo, se le percibe optimista ante un panorama que poco a poco es transformado gracias al talento de muchas mujeres que siguen haciendo un esfuerzo para que se conozca y reconozca su trabajo.

Cabe agregar que según un estudio realizado por el Festival Ruidosa en donde se analiza la participación de las mujeres en festivales latinoamericanos, las artistas representan apenas un 10% de quienes se presentan sin considerar bandas mixtas; el número sube a máximo 23.9% si se incluye agrupaciones conformadas por hombres y mujeres. El estudio incluye una muestra de 66 festivales realizados en Argentina, Chile, Colombia y México durante el período comprendido entre inicios de 2016 y mediados de 2018 y puede revisarse a detalle en su plataforma digital somosruidosa.com.

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