El guardián invisible

Horacio Cano Camacho

En esta columna hemos hablado mucho sobre el éxito arrollador de la novela negra. Pero de éxito también se puede morir. Si el género no se renueva, si comienza a repetirse o a repetir formulas “exitosas” terminará cansando a los lectores que ahora le favorecen. Y pasa que cuando el canon del género es muy rígido, ofrecer cosas nuevas es complicado. Por fortuna para los que gustamos del noir, hay muchos autores, consagrados y jóvenes, con capacidad para sorprendernos, introduciendo temáticas, conexiones con otras literaturas y hasta formas narrativas que nos mantienen fieles.

En ocasiones la formula se descubre allí, en los alrededores de donde se vive. Es el caso de Dolores Redondo, una autora que sorprendió, primero a España, su país de origen y luego a buena parte del mundo de la novela negra con una propuesta fresca y muy interesante, de esas que atrapan y no puedes dejar de leer…

Dolores Redondo

El guardián invisible (Planeta, 2013. ISBN 9788423346042) fue la incursión de esta autora, originaria de San Sebastián, en el País Vasco. El éxito rotundo de esta novela fue acompañado de dos novelas más, que se convirtieron en lo que se conoce como La trilogía del Baztán. Se puede conseguir en un solo libro compuesto por El guardián invisible, Legado de los huesos y Ofrenda a la tormenta. Todas han sido publicadas por Destino, una de las filiales del grupo Planeta.

Vamos a comentar el primero de los libros y que marcará al resto de la trilogía y aun un libro publicado de forma independiente y también con mucho éxito, La cara norte del corazón (Destino, 2019), que narra la formación previa de la protagonista de la trilogía y que toda justicia debería ser parte de una tetralogía.

El guardián invisible narra una serie de crímenes de adolescentes ocurrido en Elizondo, comunidad del Valle del Río Baztán, en la región vascófona de Navarra, distante apenas 50 km de Pamplona, la Capital. La aparición del cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo relacionan con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás pone en evidencia que estos asesinatos son una suerte de ritual que intenta comunicar muchos mensajes…

En El guardián invisible, los crímenes van acompañados de una trama muy interesante que seguramente es la razón del éxito de la trilogía entera. Dolores Redondo no se queda en el hecho criminal, va más allá e involucra la mitología de estos pueblos, su religiosidad, su historia, que ahora se enfrenta a la modernidad que por momentos parece estar cobrándole factura con estos asesinatos.

El otro elemento central en la novela es el papel de las mujeres en la vida de estas tierras. No sólo la investigación corre a cargo de la Inspectora Amaia Salazar quien es designada por la policía para encabezar la investigación. Lo hacen atendiendo la capacidad y preparación de la agente, formada con el FBI en crímenes seriales, además por el hecho de que ella es oriunda de ese pueblo y tiene familia y arraigo, lo que puede facilitar la investigación. Amaia regresa a su pueblo para encontrase con su familia, formada exclusivamente por mujeres, cuyos papeles nos irán mostrando la fuerza del matriarcado en estas tierras.

Pero el regreso de Amaia a su tierra despierta a muchos fantasmas y de esos que verdaderamente asustan. Comenzando con la relación de la niña Amaia con Rosario, su madre, una mujer fanática y desequilibrada que condicionará toda la vida de la inspectora y pondrá en riesgo la investigación misma. La madre (su fantasma) se acompaña de otros personajes femeninos muy fuertes, su hermana Flora, con una gran capacidad de trabajo y al mismo tiempo, de destrucción de cualquier vínculo con la ternura que ella asume como debilidad; su hermana Ros, entre la tradición, un mal matrimonio y su deseo de independencia y su tía Engrasi, un personaje fascinante, psicóloga de formación, tiradora de las cartas del tarot y madre sustituta de Amaia. Los maridos de sus hermanas, tipos grises y enigmáticos y los policías machistas y llenos de rencores.

El guardián invisible es un retorno a elementos sencillos contenidos en cualquier pueblo. El bosque, el río, sus “criaturas mitológicas” que terminan por encantarnos también a nosotros. En este sentido veo yo muchos vasos comunicantes con la reina indiscutida del noir francés, Fred Vargas. Ambas ponen a convivir elementos de la mitología con el proceso científico de la investigación y sirve de contexto perfecto para saber en donde estamos parados. Así que prepárense a encontrarse con fuerzas más allá de la comprensión, como el guardián del bosque o Basajuan, las sorgiñas, belagiles, entre otros de las tradiciones de la mitología y las leyendas de Euskal Herria. Creo que esta mezcla genera un estilo muy atractivo.

Este es el primer libro de la trilogía y en ocasiones podemos notar cierta tendencia a no concluir algunos hilos o encontrar salidas un poco flojas. Es normal en el primer libro del género. Esto se corrige y mejora en los sucesivos, créame. Por lo pronto es un libro muy recomendable para estos días de encierro: misterioso, atractivo y muy emotivo. Búsquelo.

También y como reflejo del éxito de la trilogía, Netflix está transmitiendo las películas basadas en cada libro. Ya está disponible El guardián invisible y anoche, apenas, vi Legado de los huesos, que recién se estrena. Son buenas películas, muy bien logradas y fieles a los textos. Puede leer y luego ver o como guste, incluso ya salio un cómic basado en la trilogía…

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

Loading

También le venimos ofreciendo:

Danos tu opinión: