El instinto

Gerardo Pérez Escutia

Ya hemos hablado en este espacio de la diversidad de géneros y tendencias que han surgido en el noir, las que literalmente inundan el mercado con sus propuestas, unas más afortunadas que otras, sin embargo, más allá de esta explosión de corrientes o subgéneros, lo que nos mueve al seleccionar un libro, es la calidad de la narración, la capacidad de los autores para transmitirnos sus premisas, de hacernos cómplices de sus dramas como universos y así desdoblarnos, viviendo la vida de sus personajes; tomando en cuenta estos criterios, tratamos de seleccionar entre la vasta oferta actual de la novela negra lo que a nuestro juicio es lo más destacado, no lo mejor, que es un término muy escurridizo, sino lo que creemos que logra reflejar la experiencia literaria por excelencia, la simbiosis entre autor y lector.

El día de hoy recomendamos una magnífica novela que se inscribe en el subgénero mum noir, (¡así le llaman!) un thriller psicológico brutal y descarnado, se trata de El instinto (Penguin Random House, 2021), de la autora Ashley Audrain (1982, Ontario Canadá), quien trabajó como directora de comunicación y relaciones públicas de Penguin Books, Canadá. El Instinto es su primer libro y ha significado un inusitado éxito editorial en su país, traducido a más de 30 idiomas.

Ashley Audrain

El instinto es una novela que narra en primera persona la inquietante historia de cuatro mujeres, Etta (la abuela), Cecilia (la madre), Blythe (la protagonista y narradora) y Violet (hija de Blythe). Durante la trama encontramos los recuerdos de la infancia de Blythe y su relación con su madre, lo que sabe de su abuela, y sobre todo de su experiencia como madre de Violet así como el derrumbe de su matrimonio; esta novela que pudiera ser una zaga familiar romántica, se convierte en voz de la protagonista en una historia de mujeres rotas, contrarias a lo que las convenciones culturales esperan de ellas como madres, pertenecientes a esa minoría que se niega como un tabú, pero que existe: el de aquellas mujeres que niegan… el instinto. La narración revela la experiencia de ser madre desde una óptica profunda y tenebrosa a la vez, mostrando descarnadamente la ominosa conexión que existe entre la maternidad y el miedo.

A diferencia de la gran mayoría de novelas que hemos reseñado, esta historia no nos revela en donde se desarrolla, intuimos que es en alguna ciudad del norte de Estados Unidos. o de Canadá, pero no hace falta, sus referentes son otros, más íntimos y profundos, que nos bastan para sumergirnos literalmente en su lectura y que devoremos sus páginas en un tour de force psicológico y brutal.

Toda la narración es lenguaje interior e introspección, un indagar descarnado en los sentimientos más ocultos, más dolorosos: miedo, culpa, arrepentimiento, dudas, deseos de hacer daño, fracaso y egoísmo.

La autora no se deja nada en el tintero, y nos narra crudamente la experiencia de una madre primeriza mostrándonos las miserias corporales del puerperio, la sensación de culpa por el rechazo que inevitablemente siente en momentos por su hija y por su cuerpo, la culpa que inconscientemente atribuye a la maternidad y que le hace sentir su peso por la carga de expectativas sociales que conlleva.

Por si esto fuera poco, la novela también rompe el tabú de la inocencia y bondad de los niños, nos lleva por territorios muy poco explorados acerca de la naturaleza del mal, y de cómo este se convierte en una herencia generacional y siniestra.

La autora es madre de dos hijos , y como ella misma lo ha dicho, mucho de lo plasmado aquí es producto de su propia experiencia; no me cabe duda de que mi condición de lector masculino no me alcanza para desmenuzar todos los significados y mensajes de esta obra, como lo puede hacer una lectora, y más aún, si ya es madre, sin embargo, su oficio como narradora logró llevarme a territorios oscuros en los que se cuestionan muchos de los convencionalismos culturales que sustentan a la familia, y particularmente a la maternidad.

Recomiendo ampliamente esta historia, que por su temática y tensión narrativa, cumple sobradamente con los estándares de una gran novela negra.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.

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