El odio no se ha ido, cada vez se disfraza mejor

17/mayo/2019

Eduardo A. Chávez

“En todas las familias hay cuerpos que se salen de la norma, eso es lo que vamos a salir a gritar en esta ocasión”, dice Raúl Martínez Rojas, defensor de Derechos Humanos de las personas LGBT.

El también integrante de Michoacán es Diversidad, colectivo de colectivos que representan a la comunidad de Lesbianas, Gays, personas Travestis, Transgénero, Transexuales, Intersexuales, Queer y más (LGBTTTIQ+), dice que a propósito del Día contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia establecido el 17 de mayo de cada año a nivel mundial, este sábado 25 se llevará a cabo una marcha en Morelia donde se buscará normalizar el hecho de que en todas las familias hay “cuerpos disidentes”, es decir, personas con cuerpos que desafían las normas establecidas, incluso más allá de la sexualidad.

Bajo el lema “Cuerpos disidentes, en todas las familias presentes”, Michoacán es Diversidad convoca por décimo tercera ocasión a realizar actividades en el marco de esta fecha, aunque Martínez Rojas recuerda que “no somos los primeros que salimos”, ya que previamente hubo marchas a nivel local y nacional que si bien no se ponían la bandera, sí exigían desde mucho tiempo derechos para la comunidad, por ejemplo, Sexuales y Reproductivos.

Cuenta con sorpresa que muchos jóvenes se preguntan hoy en día por qué marchar, y es que “olvidan que ese lugar de la plaza en donde hoy dos hombres o mujeres se pueden tomar de la mano o dar un beso, ahí mismo golpearon o mataron a 3 por la misma razón”. Esta distancia generacional hace que no alcancen a ver los niveles de criminalización de la homosexualidad a los que ha llegado la sociedad y que siguen latentes en los discursos de odio que proliferan en la moral moreliana, por ejemplo, desde “ese clero enquistado en esta ciudad que parece del Siglo XVIII”. En este aspecto señala también la existencia de por lo menos cuatro centros locales donde se llevan a cabo supuestas terapias de conversión que practican la tortura y vulneran los derechos humanos, sin contar los que hay en todo el interior del estado de Michoacán. “No es que ya no haya odio, es que cada vez tiene mejores disfraces”, concluye.

La agenda LGBTTTIQ+

En términos de la construcción de una agenda en común para el movimiento, una de sus preocupaciones principales es la manera en que las administraciones “nos ponen a competir por derechos a los miembros de la comunidad y nos los hacen pasar por favores que tenemos que aplaudir y agradecer”. Esto pone a prueba a las diferentes expresiones del movimiento, ya que termina por fragmentar la organización y abrir las puertas a que sea fuente de oportunismo político, clientelismo y malas prácticas de gobierno.

Esta es una de las cuestiones que a título personal le generan sospechas en cuanto a la realización de la próxima manifestación que tomará lugar el  sábado 25, pues hay estructuras de gobierno completas que han manifestado su intención de involucrarse en las actividades: “En lo personal pienso que no es que no puedan hacerlo, pero no como un partido sino como personas que quieren aportar, si no, esto se convierte nuevamente en oportunismo electoral”.

A su juicio el movimiento debe sobreponerse a estas prácticas que no generan más qu efragmentación y dificultan el establecimiento de una agenda en común. Un ejemplo de ello es que, a pesar de que Martínez Rojas está convencido de que el tema del VIH-SIDA debería ser una prioridad en la agenda LGBTTTIQ+ (aunque no sea exclusivo de ésta), la propuesta de ponerlo como causa principal en la marcha de este año aún no logra consenso entre quienes la organizan: “En CONVIHVE tenemos 19 años diciéndole a la gente que se haga las pruebas, que es necesario que se traten, que un día que no se tomen la pastilla puede tener consecuencias gravísimas para la salud. ¿Cómo van a reaccionar todas esas personas ya detectadas y en tratamiento ahora que hay desabasto y que, aunque quieran, no hay pastillas que puedan tomarse? Me preocupa la crisis que se viene, viéndolo desde una mirada de salud integral, no sólo física sino también mental. ¿Tienen una estrategia para contener el pánico que se está desencadenando? No”.

Si bien afirma, por último, que desde su perspectiva “el machismo está sostenido por alfileres”, es importante mantener estrategias claras y definidas: “Que no se deje de hacer trabajo comunitario, sobre todo en estos momentos, que no dejemos de nombrarnos y de salir a la calle y ocupar el espacio público, que no dejemos de normalizar la diferencia, de inculcar valores mínimos en las escuelas más que estar dando tanta información que en ese momento no necesitan los niños, capacitar a los maestros y, eso sí, es urgente que existan en todas las escuelas protocolos de prevención y atención de violencia: un niño es violentado y es el último que se entera, antes ya todas las personas al interior y al exterior de la escuela saben que hizo esto o siente aquello. Y, por supuesto, que los medios de comunicación, que han sido educadores de la sociedad por décadas, también sean parte de estos esfuerzos por normalizar los cuerpos disidentes”.

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