Es el universo escuchándose a sí mismo: Freeaks

Caliche Caroma

Freeaks, nombre con el que Antonio Romero (batería), Adrián Alba (contrabajo) y Ale Ramírez (saxofón) se presentan en los muy diversos escenarios de la accidentada geografía mexicana. Originarios de Guanajuato capital, el trío de jazz lleva su mensaje a los oídos atentos, a los corazones dispuestos: “Pensamos que el público tiene la capacidad de poner atención y ser respetuoso, eso lo agradecemos”, expresan a coro sus integrantes, que a veces tocan a dúo si las condiciones atmosféricas lo demandan.

Dos veces han sonado en la capital michoacana, mejor dicho, el que esto escribe los ha escuchado con atención en dos ocasiones en la tierra del Punhuato y el Quinceo. La primera vez fue en el tugurio denominado La Pulke (21/XII/2017), la segunda en el Comité de Asuntos Intangibles, no hace mucho, el 12 de julio-2019. Conciertos únicos en su tipo, más allá de la exageración y los adjetivos.

¿Qué es, qué piensan de la música los Freeaks? Responden desde la improvisación vital: “En cuanto a la música pensamos que es lo que creó, y sigue creando, la existencia; es verdad y libertad, es oleaje eterno que se expande para llegar a quien debe llegar, para conmover a quien debe ser conmovido, y cambiar lo que debe ser cambiado”. Es importante mencionar que los integrantes Freeaks tocan en diferentes proyectos musicales (verbigracia, Reggae La Tinta), estudian el doctorado, se dedican a las artes plásticas y, aunque esto es más un chisme, también hacen magia negra. 

Freeaks seduce y azota al mismo tiempo (relativizado), poseídos por el sonido salvaje, pero ordenado, la fuerza del cosmos con una pizca de caos, culinaria sonora en la mesa del espectador. Lejos de los reflectores multitudinarios, en el “neohoyo” de las ciudades coloniales, conquistarán los corazones sin arrancarlos, ya lo han hecho, el futuro fue ayer (Cortázar paráfrasis). Que el polen de su música fertilice la aridez de los oídos.

Morelia como cómplice del ¿jazz de protesta? Así lo dijo alguien que a lo mejor ni existe, tal vez se dejó llevar por los títulos de los temas que tocaron en el Comité, mismos que se comparten aquí abajo, al final de este híbrido texto, junto a las palabras descriptivas de los mismísimos Freeaks. Vayamos con tiento, entre la libertad (freedom), lo gratuito (free) y la anormalidad (freak), se encuentra el universo escuchándose a sí mismo: Freeaks. 

Hombre sin piernas atraviesa fronteras
Está dedicada a las personas de la calle, olvidadas por su familia y sociedad. Inspira este tema el señor Pedro Amador Delfín, un músico originario de Veracruz, que formó parte de la marina y, por extrañas razones, terminó en las duras calles de la ciudad de Guanajuato, siempre acompañado de su guitarra, siempre acompañado de la razón de su alegría.

Narco
Esta pieza hace referencia a la guerra de recursos naturales, que actualmente se disputa en México, teniendo como actores principales al gobierno, y su servidumbre, el crimen organizado. Al crimen organizado, y su servidumbre, el gobierno.

Véspula Vulgaris
Es una especie de avispa, encargada de polinizar el creciente desierto. Es la esencia de Freeaks.

Fractura hidráulica
Habla sobre los procesos destructivo en la extracción de hidrocarburos.

Coloso
Es la historia de la Esfinge, que al despertar de su largo sueño se autoencomienda una tarea titánica, acabar con lo que enferma al mundo.

Game Over
Es el ciclo de la vida, la explosión del nacimiento, la alegría de la niñez, la adrenalina de la juventud, la sabiduría de la madurez, y el regreso a la gran explosión.

Camino al desierto
Es una andanza en soledad, en busca de la espiritualidad.


Hexaedrópodo
Es la dualidad visible en todos los fenómenos, día–noche, ruido–silencio, orden–desorden, es la espiral de la permanencia eterna.

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Imagen de portada: Andréa Ramirez G

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