25 Instantáneas de Romualdo Gallegos o Ven y calma mis angustias con un poco de amor

Héctor Alvarado Díaz

1. ¿Escribes hasta en el baño?

Sí, escribo con frecuencia notas que según yo son parte de un proyecto. Sobre cualquier cosa que sea papel. Mi casa está llena de palabras.

2. ¿Te la piensas mucho?

No tanto. Creo en la intuición, pero dejo que el texto madure. Las palabras son como la fruta, tienen un punto de madurez, puede ser que se queden verdes o que se pudran y se reintegran en el universo paralelo de las palabras perdidas.

3. ¿Encuentras más satisfacción al escribir o al leer?

Leo en forma bastante caótica y tengo pésima memoria. Adicto al texto escrito, leo de todo y sin precaución. Somos lo que leemos y en lo que creemos. No puedo dejar de escribir y disfrutarlo. Me gusta lo que escribo.

4. ¿Te has retirado de algo?

Me retiré del ruido, de fanatismos, de hablar sobre política, de las discusiones. Encuentro en el silencio un buen aliado.

5 ¿Eres celoso?

No, los celos me dan risa, pero luego finjo que lo soy.

6 ¿Has publicado lo suficiente?

Según yo, ya viejo, o sea ya, publicaré mis mejores libros. Estoy corrigiendo dos o tres libros que deben ser buenos. Los inicié hace más de diez años. Arribo a una madurez suave y sencilla.

7. Cinco narradores/as esenciales.

Dostoievsky, Kundera, Capote, Camus, Rulfo, Vargas Llosa, a golpe de mala memoria.

8. ¿Nunca has querido ser mujer?

Soy mujer de closet. Soy madre, mis hermanas, mis amigas. Me identifico plenamente con todas las mujeres golpeadas, ofendidas y asesinadas en este país. Pero vestirme de mujer y salir a protestar con vestido, no lo creo.

9. Tus cuentos ¿salen de la calle o de la imaginación?

Mis cuentos se construyen escuchando a las personas, observando las calles y leyendo los diarios. La imaginación hace su trabajo después que ya tengo la semilla o el primer ladrillo.

10. ¿Te gustan las rancheras?

Escucho todas las canciones que puedo, desde rancheras hasta reguetón. La clásica, y lo pop, los Beatles, Rolling, Tin Tan; me gusta el tango y el rock en español. Sabina me parece un narrador extraordinario.

11. ¿Te arrepientes muy seguido?

Sí, me arrepiento inmediatamente de las estupideces que digo y los errores que cometo. He buscado a personas a las que ofendí sólo para pedir disculpas. Esa persona me dice, yo ni me acuerdo, yo ni te conozco. En cuanto al arte de ofender, pretendí cometer el crimen perfecto, nada, dejé más evidencias que un elefante ciego y con pistola.

12 ¿Sueles dar consejos?

Sí, doy consejos, pero nadie me cree. Hasta el gato se me queda mirando. Tengo un árbol de mandarinas a quien le hablo y le digo que se cuide. El árbol me escucha con atención lleno de mandarinas radiantes. El otro día me dijo: Yo doy mandarinas, no consejos.

13 ¿Te han servido de algo los talleres?

Sólo tomé el taller de Jesús de León y cuando fui becario del Centro de Escritores que tú coordinaste. Agradezco tu asesoría y que nos hayas tomado en serio. De eso no me olvido.

14 ¿Cómo comenzó todo?

Vendía periódico y lo leía. Mi padre leía novelas sobre la Segunda Guerra Mundial. De niño leí a Marx, no sé como. Historietas mexicanas y gringas. Las fábulas de Iriarte y toda la narrativa de hadas, creo. En la Normal, como estudiante, organizamos una huelga y pintamos muros. Tenía buen pulso y conocía trucos de rotulista, redacté las consignas en las mantas y me volví el dibujante del movimiento, y del dibujo al texto, sólo hay un paso. Eso de escribir poemas políticos en las bardas lo hice a los 16 años.

15 ¿Aprendiste de tus alumnos?

Soy docente frente a grupo. Trabajo con niños inteligentes que siempre tienen una palabra ingeniosa para mí. Ellos se ríen de mí, y yo de ellos. Negociamos  con la risa y nos divertimos.   

16 ¿Te rindes ante los elogios?

No puedo con los elogios. Hago como que no escuché. Ante la crítica. Afino el oído. No me defiendo ahí, voy a casa y me pongo a leer y pensar cómo perfeccionar este cuento que no gustó.

17 ¿Qué sientes cuando tu libro sale de la imprenta?

Emoción, siempre me emociona terminar algo. Todos los libros nuevos me emocionan, hasta los míos.

18 ¿Vas mucho al cine?

Veo todo el cine posible. Me aburren las explosiones, las naves espaciales y las balaceras. Sufro insomnio y veo películas hasta queda dormido.

19 ¿Te has quedado sin palabras?

Al opinar de pronto me quedo mudo. Últimamente observando lo que sucede en el país, sí, me quedo sin palabras. Digo, esta vez ya llegamos al límite, y me vuelvo a quedar sin palabras.

20 ¿Bailas o te vas de lado?

Cada año nuevo, ya en casa, sin que nadie me vea, bailo. Inventé un ritual que consiste en bailar frente al espejo. Me pongo a hablar con él de aquel lado del espejo y le digo las groserías mas culeras.   Sólo mi esposa sabe eso. Hace años me tocó compartir el cuarto de hotel con un compañero, estábamos en un congreso nacional de lectura. Hice el ritual y me olvidé que mi compañero estaba ahí y me escuchó. No volvió a saludarme.

21 ¿Tienes muchos amigos?

Amigos del barrio bravo donde nací y viví infancia y adolescencia. Todavía voy y siempre me invitan una cerveza. Actualmente tengo una banda de locos que escuchamos música y bebemos una cerveza. La Banda de la Zarigüeya.

22 ¿Has andado en líos de faldas (o pantalones)?

Cometí muchos errores y pagué.

23 ¿A veces escribes bajo presión?

No me gusta escribir por encargo o bajo presión. Prefiero no hacerlo.

24 ¿Te autocensuras?

No creo en la censura. Pero creo que soy autor del peor cuento que se ha escrito en la historia universal de los cuentos mal escritos. Soy autor de un libro publicado con más de doscientos errores. El editor pretendió ayudar y se colgó un rosario de erratas.

25 ¿De dónde sacas tus títulos?

Me da un pavor eso de poner títulos. Podría escribir un libro con los títulos que imagino. Un libro de puros títulos, sin libro.


Romualdo Gallegos (Pinos, Zacatecas, 1960).

Maestro de Normal Básica. Licenciado en lengua y literatura Normal Superior del Estado. Licenciado en psicología Normal Superior del Estado. Maestría en lengua y literatura Posgrado y en Psicopedagogía. Ha publicado: Nostalgia por los marcianos (Crónica, 1992); Didácticos y pedagógicos (Poesía 1995); El Zorro, Mis Mundo y un vecino que no dijo su nombre (Cuento, 1996); El operador y otros relatos (2002); Cuentos cortos, escritores largos (2008); Informe gallina negra (Poesía urbana, 2010); El docente en su laberinto  (Ensayo, 2017), y Elefantes ciegos (Cuento, 2017).

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