La fe mueve requintos jarochos

Caliche Caroma

Los baños que visité el jueves 14 de julio estaban limpios, no olían a meados ni a caca, el de Aldama #452 tenía una regadera con puerta de cristal, me abstuve de darme un regaderazo porque no soy un abusivo, pero ganas no faltaron; el de La Buca tiene un bonito cuadro de Godzilla peleando contra King Kong, mientras uno descarga la deyección puede admirar esta batalla entre dos grandes del séptimo arte. Tarde noche de lluvia de verano, sin sueño porque la chela, cuando no se consume en exceso, prende la vela, es la bebida energizante de los chairos como yo.

La Fevende

Miguel me hizo la invitación personalizada al recital de electro pop en donde estaban anunciados La Fevende, Cristian Ro y Albert DesSophy, la cita era a las 18:00 horas en la calle Ignacio Aldama #452, Centro Humorístico de Morelia, cerrarían las puertas a las 18:50, para comenzar a las 19:00, tiempo musical, la puntualidad es la madre de todas las hijas. La Fevende, un tripeado trío formado por Luisa, Miguel y Dany. Voz, teclados, bajo, secuencias, aplausos, faldas negras, dinosaurios de plástico, flow and more. Mezcla explosiva que ya necesitaba esta ciudad de canteras, urbe a la que le viene muy bien la voz de Luisa, voz rosa como la cantera, acompañada de los coros de los otros dos integrantes. Además, acompañan su propuesta sonora con visuales que ellos mismos crean, Luisa y Miguel también destacan en el ámbito de la pintura, el tatuaje, la animación y la ilustración.

La Fevende, la fe mueve montañas, la fe, en conjunto con la preparación y la acción, todo lo puede. La Fevende es mi pastor, nada me faltará, tres con todo para llevar. El público que asistió a al recital electro pop del 14 de julio pasó un buen rato bailando la música de este trío que seguramente llegará muy lejos, pues no son precisamente unos novatos, Miguel y Dany ya habían compartido creatividad en bandas como Vidure y Cauce Mirlo. Luisa comienza en esto de la música para las masas, pero lo hace con dos pies derechos. Larga vida a La Fevende, una propuesta para bailar, cantar y delirar. Seguramente crecerán mucho más, las tocadas los curtirán y, por qué no, un productor los puede llevar del otro lado del charco en donde propuestas como la de  Columpio Salvaje y Putilatex han triunfado.

Antonio Isidoro López Liera, del estudio Fotográfico Luz Nocturna
Antonio Isidoro López Liera, del estudio Fotográfico Luz Nocturna
Antonio Isidoro López Liera, del estudio Fotográfico Luz Nocturna

Ik’Balam

Aproximadamente a las 21:00 horas de ese mismo jueves 14, ya de noche y con la lluvia recia, salí en mi bicicleta hacia La Buca, restaurante bar que se ha inclinado por el lado oscuro del camino, es decir, allí tocan jazz. El grupo que estaba en el escenario no era moreliano, ¡tomen esto, chovinistas!, venían de Veracruz, dicen que los vieron llegar por Morelos Norte y que un policía de tránsito los multó. En fin, Ik’Balam nació cerquita de Xalapa, aunque dos de sus integrantes son queretanos, qué le vamos a hacer. No les había dicho, Ik’Balam es el nombre del requintista, y el mismo nombre funciona para intitular al trío: guitarra de son, jarana y leona.

La gente de La Buca no prestaba la atención que los músicos jarochos merecían, una pareja distraída en sus arrumacos de repente volteaba a medio verlos; otra familia de por allá discutían sobre el sabor de su pizza, ¿era tocino o panceta? En fin, que llegué y me clavé en la textura del jazz jarocho, pasajes rítmicos, unos binarios, otros más ternarios, se antojaba zapatear o sacar el cajón, el pandero, el marimbol, jaleo para prender el garrero. A la primera oportunidad me cambié a una mesa junto al escenario sin escenario, una mesa grande, de madera, pedí una botana de portobello. En ese momento llegaron los actores de la obra Tzin Tzun (véase la nota que escribí al respecto), las hermanas Mejía y el Hirepan, el hermano lobo, los invitaron a escuchar esta maravillosa música. El grupo jarocho tiene un tema que se llama «Colibrí» y tzin tzun es colibrí en purépecha, tal vez por la onomatopeya del pajarito. Uno de estos actores bailarines acróbatas y luchadores de Tzin Tzun cumplía años, así que Ik’Balam no tocó las mañanitas, pero sí se aventó más rolas de las que tenían en mente sus integrantes. ¿Quién puede resistirse al grito de “otra, otra”?

Un poco más sobre ellos:

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