La trama histórica está tejida con hilos de desesperanza

Emmanuel Alcalá

Un primo fue asesinado hace algunos años, en un enfrentamiento entre tres grupos confrontados, todos criminales: dos de ellos ligados al narco luchando por el control de territorio, el tercero de militares, autorizados para matar sin juicios, sin procesos: la burocracia de la bala es inmediata.

Según me contaron, sólo una persona de los grupos de narcotraficantes sobrevivió. El resto quedó irreconocible, mi primo incluido. Nada más iba a acompañar al «jefe» ese día porque estaban «cortos de personal» (es curioso cómo se apropian del lenguaje de las empresas, acaso los «recursos humanos» son recursos en todos lados). Los otros días se dedicaba a transportar mercancía robada. Ni siquiera sabía usar un arma.

Conozco toda su historia, que comenzó como la de miles de mexicanos. Su hermano tuvo un destino similar tiempo antes. Su madre, mi tía, era alcohólica desde que recuerdo. No sé quién fue su padre, pero sí que tuvo medios hermanos, que vivió entre la prostitución y la violencia, que defendió más de una vez a su mamá del maltrato de sus novios… También, que quería que sus hijos estudiaran. Tenía calcado el discurso de que sólo el estudio podría evitar que sus hijos sufrieran un destino similar al de él. Por supuesto, estaba equivocado.

Trato de nunca tomar una postura de «el bien contra el mal». No por el cliché de blanco-negro-gris, sino porque no sabría distinguirlos tan claramente, sin condiciones, sin ver que somos parte de una trama histórica tan enredada que sólo los que no están embebidos en ella logran tomar posturas morales facilonas. Desde mi posición la tierra es plana, perdóneseme la estupidez.

¿Qué es humanizar a un criminal? No sé siquiera si lo contrario sea posible, ¿no es el crimen humano? ¿Se puede deshumanizar a un criminal? Probablemente así nos sea más fácil juzgarlo. Y las condiciones que antecedieron al crimen, al criminal, ¿quién las juzga, cómo se juzgan? ¿Hay criminales sin crimen? ¿Quién se despierta un día y decide presionar un gatillo y traicionar miles de años de sacralización de la vida? No soy una persona de soluciones, yo me dedico a ver las grietas.

También me han espetado el discurso del libre albedrío. Nadie entiende al libre albedrío. Han hecho ciencia del libre albedrío, filosofía del libre albedrío, religión del libre albedrío. Nos han dicho que el mal del mundo fue por una mala decisión, que el hombre elige ser malo. Las bondades de un tema místico e incomprensible para justificar las ventajas con las que algunos nacen. Todas las sociedades, en toda la historia, han justificado las desigualdades. Libre albedrío lo mismo que meritrocracia. Sin embargo, las balas, incluyendo las balas del Estado, solo se disparan en una dirección.

Emmanuel Alcalá

Licenciatura en Químico Farmacobiólogo en Universidad de Guadalajara Graduado con tesis en Organismos Genéticamente Modificados. Maestría en Análisis de la Conducta en el Centro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento (CEIC), Universidad de Guadalajara. Graduado con tesis de Redes Neurales Artificiales. Doctorado en Análisis de la Conducta en CEIC, UdeG (2017-2020). Investiga mecanismos de aprendizaje en formación de hábitos usando modelos animales.

Sus intereses van de la química a la psicología experimental, las computadoras, las ciencias cognitivas, neurociencias, economía y modelación matemática en psicología. También le interesa el Software libre, la comunidad hacker de Linux y el código abierto, Ciencia Abierta y gratuita, y en general cualquier iniciativa de conocimiento libre que combata los monopolios editoriales que lucran con el conocimiento realizado con dinero público. Tiene un fuerte interés por la filosofía y, fuera de lo académico, por la literatura, el cine y el café bien cargado.

“Como en La Fundación de Asimov, creo que, para bien o para mal, la sociedad está sujeta a leyes estadísticas, como las moléculas de un recipiente, y nuestra conducta puede ser manipulada a gran escala”. 

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