Madame B

Horacio Cano Camacho

Alguna vez vi un documental de las personas que, en los EUA, se dedican a limpiar escenas de crímenes. Son contratados por la policía o por los dueños de la propiedad para que una vez concluida la investigación “restauren” las propiedades y bienes, eliminando todo rastro de lo que allí sucedió. Me pareció un trabajo entre siniestro y muy triste. Curiosamente, al menos en ese documental, los trabajadores eran de origen mexicano o alguna otra minoría. También he visto, y esto solo en ficción, que hay “limpiadores” que trabajan para el otro lado, es decir, para los malos con el propósito de eliminar toda huella que pueda ser usada en una investigación. En realidad, los criminales mexicanos los usan, aunque de manera muy lejana a la literatura y más cercana al terror (recordemos al “pozolero” o el paraje conocido como “La bartolina”).

Los “limpiadores” de un thriller cinematográfico suelen ser hombres enigmáticos, vestidos con tarje negro que se aparecen de la nada y “se hacen cargo”. El día de hoy les comentamos una novela que nos cambia totalmente esta imagen. Se trata de Madame B, la entrega más reciente de Sandrine Destombes (Roja y Negra, 2021). De esta autora, verdadera revelación del panorama noir, ya hemos reseñado en este Bufete sus dos primeras entregas en español, El doble secreto de la familia Lessage (la desaparición de dos hermanos mellizos) y Las hermanas del Crest (los grupos feministas ultras). Destombes irrumpió en la novela negra como una bocanada de aire fresco y tomó temas muy arriesgados, moviéndose entre la novela negra y el thriller con gran calidad. Léanse en el-artefacto las reseñas previas y si puede, también consiga estos libros, son estupendos y no constituyen una serie. Son historias completamente independientes, lo cual también destaca en nuestra autora, no es de series o sagas (Las hermanas del Crest).

Sandrine Destombes no es una escritora “fácil” en el sentido de apegarse de manera sencilla a los cánones del género. De hecho, yo como otros lectores, sentimos que es una autora que desconcierta. Es tan acertada en su construcción de tramas que nos va elevando en la lectura, para luego dejar que nos derrumbemos, pero está muy lejos del recurso facilón de giros violentos, comunes en el thriller muy comercial. Por el contrario, esta autora es muy sencilla de seguir, pero va destruyendo nuestras preconcepciones, incluso la “lógica” con la que construimos nuestras propias ideas de la historia que nos cuenta.

Sandrine Destombes

Madame B, lo confirma. Es la historia de Blanche Barjac, una mujer que tienen su propia empresa de “limpieza”, un trabajo nada común y menos al servicio de personajes fuera de la ley. Blanche es una mujer solitaria, huérfana de madre y que luego del suicidio de esta, abraza esta profesión guiada por su padrastro que ya se dedicaba a ello. Blanche tiene, aunque parezca del todo peculiar, una ética profesional. Limpia sitios de crímenes y eso contribuye a que los delincuentes evadan la justicia, pero no se involucra de ninguna otra forma y se niega completamente a tocar escenas que involucren niños. Sus clientes son personajes adinerados que metieron la pata, se les fue la mano o van a ser investigados por que andan cultivando plantas ilícitas. Sus abogados, sin escrúpulos legales, les recomiendan la empresa de Blanche (Madame B) que es toda una profesional reconocida en ese mundillo.

Un día, El sabueso, un asesino profesional y legendario, le hace un encargo que implica deshacerse del cuerpo de la víctima. Blanche acepta porque además de ser un cliente muy reputado, este tipo es de los más cuidadoso en su planificación y paga muy bien, lo que le permitirá a nuestra protagonista aumentar su seguro de retiro. Hace el trabajo como siempre, exacto, limpio, pero algo pasa… Al revisar las cosas que debe desparecer de la casa de la víctima, encuentra una pañoleta ensangrentada, que era la que su mamá llevaba al morir. Un objeto evidentemente plantado, ¿un mensaje? Esto desconcierta por completo a Blanche y es el inicio de toda una espiral de señales que van indicando que alguien está detrás de la pista de la limpiadora. El Sabueso le escribe quejándose de lo descuidada que fue en ese trabajo (…) y rompe toda relación con ella. Luego, el cadáver desaparece.

Comienza así toda una serie de señales que confunden a Blanche. Ella, tan organizada, no pudo cometer errores tan absurdos. Está convencida que se trata de un chantaje, sin embargo, poco a poco comienza a desconfiar de todo y todos, incluyendo su propia estabilidad mental.

A pesar de que Blanche está totalmente fuera de la legalidad, su personaje resulta tan bien construido, que es imposible no sentir empatía por ella y descender a “los infiernos” en su compañía. Su vida se trastoca y correrá peligro y con ello, nos ira metiendo en su angustia y junto a su personaje, iremos creando, descartando culpables y enfundándonos en su overol de trabajo.

La forma de la narración juega muy bien. Es un narrador ajeno, omnipresente, quien nos va contando todo. Blanche es prácticamente el único personaje, los demás son circunstanciales que aparecen y desaparecen con el curso de la trama, lo que refuerza la sensación de soledad e indefensión de nuestra protagonista. Es imposible y creo que es una genialidad de Destombes, no ponernos en el lugar de las mujeres que sufren acoso laboral y a las que les arman toda una trama para destruirlas (rumores, fotos “comprometedoras”, anónimos), aunque la de nuestra historia no sea nada legal, es una verdadera profesional, de lo más capaz en lo que hace, pero es una mujer sola que no puede acudir a nadie sin ser literalmente juzgada.

Con esta novela Sandrine Destombes demuestra que no era una autora de un solo éxito que se subió a la ola de moda de la novela negra como muchos otros. Es una autora que ya está trascendiendo. Anímese con esta novela y siga cuidándose mucho.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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