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A un año del feminicidio de Jessica González Villaseñor, feministas, familiares y amigos se reunieron frente a Palacio de Gobierno, alrededor de las seis de la tarde, acompañados de pintura roja, pancartas, rosas y veladoras, todo esto para exigir justicia y ponerle un alto a la violencia machista.
La libertad del presunto feminicida, cuyo nombre es Diego N, es posible, enfatizó Cristo Villaseñor, hermano de Jessica, ya que, pese a las pruebas, el proceso se ha alargado, pero reiteró que él y su familia no descansarán hasta que este sujeto pague por lo que hizo: «No olvidaremos su rostro, lo que te hizo (hablándole a su hermana asesinada) y mucho menos la forma cruel en que su familia y amigos nos siguen violentando.» Victoria, madre de Jessica, agradeció el apoyo en las manifestaciones y exigió al aún gobernador, Silvano Aureoles, una disculpa pública por la ineptitud de las autoridades en éste y otros casos de feminicidio.
El retrato de Diego N con la leyenda «el feminicida de Altozano» fue quemado, mientras Palacio de Gobierno y el suelo de la avenida Madero fueron teñidos de rojo por las manifestantes, esto como recordatorio de la violencia en el estado y por los 31 golpes que a Jessica Villaseñor le arrebataron la vida.
